“Don Alvar tuvo una trayectoria extraordinaria desde el 14 de octubre de 1953, cuando el Presidente Otilio Ulate y el  Canciller Fernando Lara Bustamante firmaron el acuerdo, que lo nombró como encargado de la llamada Sección de conferencias de la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de entonces”, rememoró Sáenz.

Sáenz destacó la labor de Antillón como uno de los visionarios de la integración centroamericana y su desempeño en altos cargos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, entre ellos, en el Servicio Interno como Director General de Política Exterior, Director General,  Viceministro interino en varias oportunidades y Embajador en Alemania. También fue delegado de Costa Rica en numerosas conferencias y reuniones, entre otros.

Para el Canciller Enrique Castillo,  Alvar Antillón es uno de “los cimientos de la carrera diplomática de Costa Rica. Su labor en la redacción del proyecto que dio origen al Estatuto de Servicio Exterior y su participación en varias oportunidades en la Comisión Calificadora lo hacen figurar con honor entre los auténticos pioneros de la profesionalización del servicio diplomático, aspiración de varias generaciones que hoy se encuentra altamente avanzada” dijo.

El Jefe de la Diplomacia costarricense, agregó que “la materialización de ese ideal, especialmente en los últimos decenios, ha mejorado sustancialmente la calidad de nuestro servicio, ha permitido  al erario público ahorrar enormes sumas en prestaciones y otros rubros y ha significado especialmente que el país conserve la experiencia de los funcionarios y se beneficie de su preparación y constante mejoramiento”.

El Canciller Castillo  destacó que “sobre todo, nos complace poder rendir un homenaje al gran ser humano, al hombre de buen corazón y altos valores éticos, que más allá de su prestigio profesional ha sabido heredar a sus hijos la frente en alto, el nombre limpio, la bondad en alma y un apasionado amor por Costa Rica”.

Al agradecer el homenaje el Embajador Antillón recordó el desarrollo histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores después de finalizada la Segunda Guerra Mundial.  “La tarea fue  grande y nos dedicamos a trabajar”, dijo.

“Les agradezco mucho este recordatorio y ha sido para mí una gratísima sorpresa y un gratísimo acto”,  dijo el Embajador Antillón,  quien se ha caracterizado por  su continua donación de valiosas obras a la Biblioteca del Instituto del Servicio Exterior,  en aras de que los nuevos jóvenes diplomáticos acrecienten el acervo cultural que se requiere para el desempeño de la labor diplomática, según sus palabras.

Alvar Antillón, Bachelor of Arts por la Universidad de Dikinson, Pensylvania (EEUU), y licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Costa Rica, llegó a la Cancillería a los 23 años de edad.

Ha escrito diversas obras, entre ellas, las novelas “Teodora la guerrillera”, “El Rostro”, “La magia en Haití”, entre otros. Se jubiló en el año 2004, tras más de 50 años en el servicio diplomático. Ha  sido condecorado por Alemania, Austria, Brasil, República de China, Corea, España, Francia, Haití, Italia, México, Panamá y Rumania.