Nuestro sistema educativo: Nicaragua - TicoVisión
El resultado de nuestro pobre sistema educativo es evidente entre nuestros profesionales.
19 de enero de 2013 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Por Iván García Marenco
19 de enero de 2013.- El hecho es innegable y violentamente chocante: un porcentaje muy escuálido de los aspirantes a la Universidad de Ingeniería aprueban el examen de admisión. Y es una certeza probada que el promedio, y aún la mayoría de los bachilleres graduados no dominan aceptablemente las bases matemáticas necesarias para que un graduado de secundaria pretenda iniciar cualquier estudio profesional. Me refiero a disciplinas matemáticas que en mis tiempos de estudiante de quinto y sexto grado de primaria (a final de los años 40) eran parte del currículum (interés simple y compuesto, logaritmos, raíces cuadradas y cúbicas, porcentajes), así como al álgebra de Segundo Año. No hablo siquiera de Trigonometría, que se estudiaba en mis tiempos en Cuarto Año de Secundaria, y, por supuesto, ni de Cálculo Infinitesimal o Integral que yo tuve que estudiar como prerrequisito en un año introductorio a los estudios graduados de Economía en la Universidad Estatal de Ohio (mi background universitario al momento era en Humanidades y Filosofía).
Yo no creo que en un currículum de secundaria de sólo cinco años haya que pasar al Cálculo o a la Introducción al mismo. Pero sí abogo para que el currículum de bachillerato se haga de seis y no de cinco años y que en ese último año se introduzca al estudiante en estas ramas de la matemática, así como en la Historia de la Filosofía, Historia de los siglos XVIII, XIX, XX y XXI, (pues, es frecuente que nunca haya tiempo para estudiar esas épocas convincentemente, a pesar de estar ordenadas en el currículum), Física, Química,
Yo no creo que en un currículum de secundaria de sólo cinco años haya que pasar al Cálculo o a la Introducción al mismo. Pero sí abogo para que el currículum de bachillerato se haga de seis y no de cinco años y que en ese último año se introduzca al estudiante en estas ramas de la matemática, así como en la Historia de la Filosofía, Historia de los siglos XVIII, XIX, XX y XXI, (pues, es frecuente que nunca haya tiempo para estudiar esas épocas convincentemente, a pesar de estar ordenadas en el currículum), Física, Química,
Astronomía y Biología (con un apuntalamiento de los cursos ya tomados en 4º y 5º Año en esas materias). En mi currículum con los jesuitas en secundaria considero que tuve un buen baño de Historia Universal Antigua, Media y Moderna, así como en Literatura, Filosofía y Sociología. En matemáticas y ciencias, sufrí las limitaciones típicas de nuestro país en su sistema educativo, pero creo que, relativamente, mi colegio estaba a la altura, o al desnivel de los relativamente mejores (La Salle, Ramírez Goyena, Bautista).
El resultado de nuestro pobre sistema educativo es evidente entre nuestros profesionales. Desde profesionales del periodismo que fallan miserablemente en ortografía y gramática hasta profesionales en disciplinas humanísticas que son realmente analfabetas en matemáticas y ciencias "naturales".
Actualmente, yo me atrevo a afirmar que una de las causas principales de la poca calidad de nuestra educación pre-universitaria son los salarios que el sistema de educación pública paga a los maestros a todos los niveles. Con esos ingresos, cualquier joven inteligente tiene que tener una vocación a prueba de balas para la docencia y el magisterio para que pueda decidirse a convertirse en docente. Correlativo a los salarios, son los ridículos gastos presupuestados para Educación Pública y sostenimiento de escuelas normales y facultades de pedagogía para maestros. De todas las etapas preuniversitarias, la educación secundaria y la preescolar son las cenicientas. Todo Latinoamérica, hasta Costa Rica, Chile y Uruguay, pecan por avaros en asignaciones educativas, y por eso, como continente, estamos a la cola, incluso después de África. Pero ya el caso de Nicaragua es flagrante. Estamos a la cola de la cola en todo el mundo. Los fondos venezolanos tampoco están solucionando esa vergonzosa tara.
El resultado de nuestro pobre sistema educativo es evidente entre nuestros profesionales. Desde profesionales del periodismo que fallan miserablemente en ortografía y gramática hasta profesionales en disciplinas humanísticas que son realmente analfabetas en matemáticas y ciencias "naturales".
Actualmente, yo me atrevo a afirmar que una de las causas principales de la poca calidad de nuestra educación pre-universitaria son los salarios que el sistema de educación pública paga a los maestros a todos los niveles. Con esos ingresos, cualquier joven inteligente tiene que tener una vocación a prueba de balas para la docencia y el magisterio para que pueda decidirse a convertirse en docente. Correlativo a los salarios, son los ridículos gastos presupuestados para Educación Pública y sostenimiento de escuelas normales y facultades de pedagogía para maestros. De todas las etapas preuniversitarias, la educación secundaria y la preescolar son las cenicientas. Todo Latinoamérica, hasta Costa Rica, Chile y Uruguay, pecan por avaros en asignaciones educativas, y por eso, como continente, estamos a la cola, incluso después de África. Pero ya el caso de Nicaragua es flagrante. Estamos a la cola de la cola en todo el mundo. Los fondos venezolanos tampoco están solucionando esa vergonzosa tara.
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