Confesiones de una niña amordazada - Laura Casasa - TicoVisión
Escrito en 15/07/10 a 14:19:54 GMT-06:00 Por Administrador
Literatura e Idioma

Confesiones de una niña amordazada


15 de Julio de 2010
TicoVisión
Por Laura Casasa
Escritora/Filóloga

Redacción.- Este post nace de un proyecto que estoy haciendo… ¡Bueno, realizo muchos proyectos, pero este tiene un significado especial! Por mucho tiempo he estado en silencio y he escrito varias cosas que se han quedado en papeles, cuadernos bonitos o archivos de Word. Desde el año 2008, todo aquello que ha estado disperso comenzó a ordenarse y ocurrió algo importante: se me rompió mi bloqueo de escritora. ¡Creo que pasé demasiado tiempo en silencio! Aún no he logrado romper ese silencio del todo, pero sí, al menos, dar pasos de bebé en la construcción de una carrera como escritora profesional. El proyecto es crear un conjunto de herramientas que me sirvan para experimentar con la literatura.

¿Por qué creo que me ocurrió esta sequía de tanto tiempo?

Las razones que enlisto a continuación me parecen las más importantes:

1. Una excesiva crítica a mí misma. Tenía encima muchos “deberías”, muchas exigencias y una gran capacidad de decirme a mí misma que lo que estaba haciendo no era suficientemente bueno. Cuando leo mis textos tiempo después de haberlos escrito, casi siempre siento que sí son buenos y que están bien escritos. Así que una manera de aflojar esa terrible tensión de escribir bajo el ojo autocrítico es decirme a mí misma: “lo estás haciendo bien”, “sos suficiente” y si queda mal, “¿qué importa?”

2. Una formación en filología que a veces pesa. Ser filólogo es bonito, pero trabajar siempre la literatura desde el punto de vista de la disección es terriblemente escalofriante. Los libros dejan de ser libros para convertirse en objetos de análisis. Mi metáfora para esto es: en vez de encontrarte con tu novio para decirle cosas bonitas, lo estás esperando con un bisturí para verle las entrañas. Así que mi profesión a veces se vuelve contra mí. La escuela universitaria te crea (o me las cree yo sola) ideas de lo que “sí” vale la pena leer, lo que no es literatura, lo que es solo texto de garage. Confieso que el primer libro de Paulo Coehlo que leí fue El Alquimista, así unos pocos meses y con un fin meramente práctico. Aunque Coehlo no pasó la prueba porque realmente no me pareció un buen escritor, he tenido que reaprender a leer prosas tradicionales y a apreciar la literatura tal y como es, como se nos presenta. Mis estándares eran demasiado altos.

3. La niña interior estaba amordazada. Me leí un libro interesante sobre el bloqueo. Justamente dice que cuando obligamos a nuestro niño interior ( a mi niña interior) a realizar algo, le estamos impidiendo jugar y, sencillamente, se paraliza. Hay que volver a creer que la literatura es un juego. Este punto se parece a 1, o al menos está relacionado. Es interesante, al respecto, lo que he aprendido recientemente en un taller literario dirigido por Luis Chaves en que hemos hablado de escribir sin poses, abandonando la idea de la LITERATURA y abrigando más una idea de la literatura y sin ponernos vestido de domingo para escribir.

Estas ideas las tengo presentes ahora, pero se me ocurrirán más para agregar a este post. Para concluir, me gustaría recomendarles Language is a virus, un sitio web que me ha gustado mucho y que sirve para encontrarle provocaciones a la escritura. Reúne ejercicios, opiniones y prácticas para atacar el bloqueo. Al novio hay que darle besitos.


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