Las Fosas Clandestinas de Nicaragua - TicoVisión
Escrito en 27/03/13 a 10:17:24 GMT-06:00 Por Administrador
Opinión-Análisis
En la llamada Costa de Los Malacos, Gran Lago de Nicaragua, respondiendo a denuncias recibidas de familiares de los desaparecidos, procedieron a realizar una serie de excavaciones...

Las Fosas Clandestinas de Nicaragua - TicoVisión


27 de marzo de 2013 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento



Las Fosas Clandestinas de Nicaragua



Por Roberto Escobedo Caicedo

27 de marzo de 2013.-   A muchas personas les ha parecido excesivo que se mencione la existencia en nuestro país de unas 500 fosas clandestinas, producto del respeto de los derechos humanos de sus víctimas de las que dieron sobradas muestras los falsos redentores de los humildes y explotados, en estrecha asociación con los grupos de capitalistas "progresistas" y "empresarios patrióticos", los que coludidos con los sandinistas establecieron un régimen marxista-leninista durante el período 1979-1990, prestando su concurso en la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional a través de Violeta Chamorro y Alfonso Robelo Callejas, sus representantes orgánicos.

Una persona a la que admiro y aprecio, como es el caballero Julián Frech Ayub, el que mantiene una Revista Informativa, "Tico-Visión", me ha pedido, lo mismo que a otros que manifiestan sus inquietudes intelectuales en el Foro Cibernético NICARAGUAHOY, que mencionemos los sitios donde se encuentran ubicadas dichas fosas clandestinas, donde reposan los restos de miles de compatriotas, ejecutados sin forma ni figura de juicio alguno. Con unos ligeros arreglos en la letra, la canción de Carlos Mejía Godoy, "La Tumba del Guerrillero", podría ser ilustrativa al respecto.
Foto de archivo para efectos de ilustración

Avanzado el año de 1980, los nueve Comandantes de la Revolución Popular Sandinista y a través de sus títeres de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, giraron invitación a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH-OEA), para que visitaran Nicaragua y comprobaran in situ que los revolucionarios no incurrían en violaciones de derechos humanos de sus adversarios políticos. Miembros de esa Comisión de la OEA se trasladaron a Nicaragua y comprobaron lo siguiente en la ciudad de Granada y sus alrededores.

En la llamada Costa de Los Malacos, Gran Lago de Nicaragua, respondiendo a denuncias recibidas de familiares de los desaparecidos, procedieron a realizar una serie de excavaciones. Se encontraron con varias fosas clandestinas, llenas de cadáveres de personas asesinadas con armas de fuego. Levantaron el Acta correspondiente y mencionan que cuando llevaban contabilizados 450 restos mortales de los "ajusticiados", suspendieron el conteo porque no soportaban el hedor. Pero hacen constar que quedaron más cadáveres y más fosas clandestinas en sus alrededores.

Asimismo, manifiestan en su Informe que según testigos oculares cuyos nombres mantuvieron bajo reserva, uno de los que dirigió parte de esos actos de genocidio fue un criminal al que llamaban Comandante "Wilmer", identificado como uno de los hijos del propietario del Bar conocido en Granada como "El Tequila". Mencionan también que visitaron otros lugares donde constataron la existencia de otras fosas clandestinas, pero que los militares sandinistas que los acompañaban no les permitieron realizar ninguna excavación. Entregaron ese Informe a las autoridades sandinistas, pero sin ninguna repercusión. Fue publicado al poco tiempo por la Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano.

Guillermo Mendieta Chávez, fue un Coronel de la Guardia Nacional de Nicaragua que participó en la planificación de un golpe de Estado contra el gobierno del General Somoza Debayle. Tanto él como los restantes oficiales de la conspiración fueron descubiertos por personal de la Oficina de Seguridad Nacional (O.S.N.) y del Servicio Anticomunista (S.A.C.). Les dieron de baja por "conveniencia de la institución castrense". Posteriormente, se incorporó a los grupos de guerrilleros sandinistas que operaban desde sus santuarios en territorio costarricense, siendo enviado por el FSLN a firmar acuerdos de cooperación en el campo del terrorismo internacional contra los grupos de terroristas palestinos y árabes en el Líbano, Irak, Siria, etc.

Escribió un libro, "Coroneles Centroamericanos: Centuriones a Sueldo", después que rompió relaciones con los sandinistas y sus aliados capitalistas porque no le dieron el cargo que esperaba como recompensa por sus servicios y traiciones. Narra en dicho libro que cuando comprobó que oficiales y soldados de la Guardia Nacional de Nicaragua, a muchos de los cuales conocía y eran sus amigos, estaban siendo "ajusticiados" por las noches en los potreros de la finca "América", cercana a la Cárcel "Modelo", de Tipitapa y propiedad de la familia Bárcenas Levy, se reunió con ellos y les planteó todo lo que sabía y había al respecto sobre esos crímenes de lesa humanidad. Agrega también que en la reunión participó José Bárcenas Levy, con su esposa de ese entonces, Claudia Lucía Chamorro Barrios, Comandante "Cayetana".

En la reunión les expuso que estando Doña Violeta Chamorro como miembro propietario de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, si se producía un cambio de gobierno, podía ser procesada penalmente por esos crímenes de lesa humanidad que se estaban cometiendo, ya que los cadáveres eran depositados en fosas clandestinas situadas en los potreros ya mencionados de la finca "América". La respuesta que recibió fue que se trataba de guardias somocistas y que bien fusilados estaban. El Director del Sistema Penitenciario Sandinista y el Responsable de la Cárcel "Modelo", de Tipitapa, eran el "poeta" Francisco de Asís Fernández Arellano, alias "Chichí" y Federico López Argüello, respectivamente.

En el libro, "Nicaragua en la Conspiración del Silencio", se narra la forma en que aparecieron otras fosas clandestinas en terrenos adyacentes a la Cárcel "Modelo", de Tipitapa. Desde un comienzo, los prisioneros políticos estaban hacinados en las celdas, donde antes ubicaban a uno solamente, después metieron a seis y la situación se agravó cuando comenzaron a llegar cientos de nuevos condenados en los Tribunales Populares Antisomocistas, acusados en parodias de juicios de actividades contrarrevolucionarias. Decidieron entonces aprovechar la mano de obra esclava que tenían a su disposición en la propia Cárcel "Modelo" y los insumos de la construcción producidos en las empresas Area Propiedad del Pueblo para duplicar la capacidad de recepción de los detenidos, de cuatro galerías a ocho, además de una gigantesca construcción de características faraónicas, donde estaban las celdas de castigo y de tortura, lo mismo que los cubículos para ejecutar al estilo bolchevique -un disparo en las vértebras cervicales- a los considerados "irrecuperables para el proceso revolucionario". Este edificio fue bautizado por los prisioneros con el nombre de "Mausoleo Sandino".

La construcción de esas nuevas galerías y del "Mausoleo Sandino" fue adjudicada a un empresario sandinista, Ingeniero Elías Ramírez Reyes. El nombre de su empresa era el siguiente: Construcciones ERRSA, lo que significa: Construcciones Elías Ramírez Reyes, Sociedad Anónima. Cuando comenzaron los bulldozers y otros equipos mecanizados a realizar tareas de nivelación y movimiento de tierras, aparecieron una cantidad impresionante de huesos y cuerpos en avanzado estado de descomposición, de tal manera que el hedor se sintió y fue percibido por todos los detenidos en las galerías ya existentes en la Cárcel "Modelo", de Tipitapa. Eran los restos mortales de los "ajusticiados" por órdenes superiores, cumplidas a rajatabla por Fernández Arellano, alias "Chichí" y Federico López Argüello. Inmediatamente llegó personal de la Dirección General de Seguridad del Estado con camiones y personal para llevarse esos restos mortales con rumbo desconocido.

El Ingeniero Ramírez Reyes, pese a ser sandinista, no estuvo de acuerdo con lo que se encontró cuando comenzaron los trabajos de nivelación y movimiento de tierras. De alguna manera hizo llegar una denuncia a personas relacionadas con la defensa de los derechos humanos, tanto dentro como fuera de Nicaragua. Era abstemio, pero los esbirros de la DGSE le tendieron una trampa, lo torturaron, obligaron a ingerir una gran cantidad de guaro lija, posiblemente, y lo fueron a tirar a uno de los cauces de la ciudad de Managua con su vehículo. El dictamen técnico fue que manejaba borracho, no pudo controlar el vehículo, se fue dentro del cauce y murió a consecuencia de los golpes recibidos.

La vieja fortaleza de "El Coyotepe", fue entregada por el General Somoza Debayle a los boy-scouts, para que establecieran la sede de su campamento central, pero fue transformada por los sandinistas en infame cárcel del pueblo de Sandino. En una de sus celdas se encontraba recluido el Mayor G. N., Coronado Urbina Pérez, a quien sus compañeros de armas consideraban un "galán de charreteras". Un buen día se apareció el asistente de Humberto Ortega Saavedra y que no era otro que Róger Miranda Bengoechea, acompañado de personal armado. Se llevó con rumbo desconocido a Urbina Pérez y a sus compañeros de celda, repitiendo esta operación en los días subsiguientes. Los que sacó el mencionado genocida nunca aparecieron, pero varios campesinos revelaron después que fueron torturados en las cercanías del Volcán "Santiago", ejecutados y lanzados al fondo del mismo. Como es natural, no quedó ninguna señal de los "desaparecidos", como ocurre con el caso de las fosas clandestinas.

Algo análogo revela en su libro, "Proa a la Libertad", el General cubano, Rafael del Pino, el que fuera Comandante de la Fuerza Aérea Castrista y después de permanecer varios meses en Nicaragua, asesorando a los sandinistas en la selección de material aeronaútico, desertó y se estableció en Miami. Afirma en su libro que él fue testigo ocular de lo que llamaban eufemísticamente, Complemento de las Navidades Rojas, consistente en que capturaban a indefensos miskitos, los amarraban de pies y manos, los montaban en helicópteros soviéticos MI-17 y luego los lanzaban en las aguas del Mar Caribe, donde eran manjar de los tiburones. Como es natural, tampoco quedaron señales de fosas clandestinas en estos casos.

Cuando el Directorio Político de la Resistencia Nicaragüense aceptó desmovilizar unilateralmente sus efectivos y entregar sus armas, dejando intacto el gigantesco aparato de terror, intimidación y chantaje del FSLN, lo que fue posteriormente ratificado por el Coordinador del Protocolo de Transición y luego, Presidente de Facto de Nicaragua, el corrupto y depravado yerno de Violeta Chamorro y que no es otro que Antonio Lacayo Oyanguren, se estableció en "letra menuda" que en nuestro país nunca se establecería una Comisión de la Verdad, para que no salieran a luz pública todos los crímenes de lesa humanidad y actos deliberados de genocidio cometidos por los efectivos armados de los gobiernos dictatoriales. Mientras los militares argentinos, peruanos, chilenos, guatemaltecos y salvadoreños han sido desenmascarados en los Informes de las respectivas Comisiones de la Verdad y procesados en numerosos casos, los genocidas sandinistas disfrutan de libertad y del producto de todos sus robos cometidos bajo las disposiciones de la "piñata sandinista", agregándole ahora los beneficios que les reporta el tráfico de drogas por el territorio nacional.

Antes de terminar, quisiera aclararle al caballero Julián Frech Ayub, que después de 1990, no han existido tres gobiernos liberales en Nicaragua. Los tres tienen en común que impulsaron reformas neoliberales, incorporando nuestro país a la libre empresa y a la economía de mercado. El gobierno de Violeta Chamorro, fue conservador y aliado del FSLN, dado que ella fue miembro propietario de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, corresponsable en todos los abusos que se cometieron contra la integridad física de los nicaragüenses y de sus bienes. El de Enrique Bolaños Geyer, fue otro gobierno conservador que a través de pactos y componendas pavimentó el camino para que Ortega Saavedra regresara al poder por una combinación de votos y fraudes electorales. El único que fue producto del verdadero liberalismo nicaragüense fue el del Doctor Arnoldo Alemán Lacayo.

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