Asimismo que el AyA comunique con claridad sobre los mecanismos alternos de suministro de agua potable para las comunidades afectadas, ya sea por camiones cisternas u otros establecidos, horarios, fuentes de agua donde se tomará el líquido, cumplimiento de calendario de distribución, entre otros.

La Defensoría también manifestó la necesidad de que exista definición y claridad por parte  del AyA sobre los proyectos establecidos para solucionar en forma definitiva la problemática en las comunidades afectadas, indicando los medios de comunicación utilizados para hacer de conocimiento de los afectados esta información e igualmente contar con estudios técnicos que establezcan con certeza las causas que generan la contaminación por arsénico del agua para consumo humano.

“Estamos hablando de garantizar a nuestra población la satisfacción de un derecho humano fundamental, como lo es el suministro de agua potable de calidad. Por lo tanto ante necesidades urgentes se requieren medidas también urgentes.  La Defensoría se mantendrá vigilante”, dijo esta mañana Ofelia Taitelbaum, Defensora de los Habitantes.

Obligación con la salud de las personas

Desde el año 2011 la Defensoría tuvo conocimiento de que en diciembre del 2010 fue detectado en uno de los pozos de suministro de agua potable a la comunidad de Cañas, la presencia de arsénico en niveles altos que ponían en riesgo la salud de la población.  

En ese momento considerando la gravidez de las consecuencias negativas que la ingesta de arsénico en el agua potable puede causar en los habitantes, se coordinó con el AyA el proceso de sustitución del pozo cerrado por nuevas fuentes de abastecimiento, proceso que implicó por algunos días el suministro de agua potable por medio de camiones cisternas y ubicación de tanques de almacenamiento en lugares como escuelas y centros de atención de la salud.  También se requirió la presencia del Ministerio de Salud durante el proceso de desabastecimiento, incluso girando órdenes sanitarias en establecimientos comerciales para garantizar almacenamiento de agua para la preparación de los alimentos, lavado de utensilios de cocina, adecuada disposición de agua en servicios sanitarios y otros, constatándose el cumplimiento de lo ordenado.

En aquella oportunidad y de conformidad con los informes de calidad del Laboratorio Nacional de Aguas del AyA se determinó que la comunidad de Cañas contaba con agua potable y la continuidad del servicio se encontraba regulada.

No obstante lo anterior se fue enfático en solicitar al AyA que de acuerdo con el “Programa de Control de la Calidad del Agua para Consumo Humano de los Acueductos Operados por AyA”, se debía de continuar realizando análisis de calidad del agua en Cañas e informar de los resultados a esta Defensoría, lo cual así se efectuó.

Además se recomendó la necesidad de comunicarse mensualmente con la comunidad de Cañas para informar sobre los resultados obtenidos en los análisis de agua realizados y que en caso de presentarse un nuevo episodio de contaminación del agua por arsénico en dicha comunidad se debía realizar con premura todas las acciones necesarias para controlar la situación y regular nuevamente el servicio.

En el Informe Anual 2011-2012 a partir de los episodios de contaminación del agua surgidos en las comunidades de Aguacaliente y el asentamiento la Soga de Bagaces, se hizo referencia a esta problemática como de origen natural, partiendo del supuesto de su origen volcánico u otras, como la presencia de minería o la explotación geotérmica. Sin embargo, de la revisión bibliográfica que se llevó a cabo sobre el tema, se encontró que podría existir relación entre el uso de arsénico como compuesto tóxico de agroquímicos.  Por lo tanto se concluyó la carencia de certeza sobre las causas de la contaminación con arsénico y se hizo evidente la necesidad de continuar investigando, requiriendo para ello más información a los entes competentes.

Se mostró la preocupación de esta Defensoría sobre la presencia de este contaminante en el agua, así como la escasa información que al respecto tienen las poblaciones sobre el posible impacto en su salud de dichos químicos y las medidas adicionales que se están realizando para satisfacer la demanda del preciado líquido.  Se determinó como de atención prioritaria la realización de estudios técnico-científicos que permitan determinar las relaciones existentes entre las formas de contaminación y las prácticas agrícolas de las zonas afectadas, o bien todas las externalidades que puedan estar generando dicha contaminación, sean de origen natural o humano.