Brasil no solo es fútbol: Una sociedad convulsa - TicoVisión
Escrito en 25/06/13 a 06:57:36 GMT-06:00 Por Administrador
Carlos Jeremías Jirón
El disgusto popular es ahora visible, aunque no es definida con claridad sus razones. Pero si se mezcla la inconformidad por las razones económicas con gestiones políticas de la oposición al gobierno...

Brasil no solo es fútbol: Una sociedad convulsa - TicoVisión


25 de junio de 2013 | TicoVisión | Redacción - | Análisis | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento




Brasil no solo es fútbol



Por Carlos Jeremías Girón R. *
Periodista

Santa Rosa de Copán, Honduras, 25 de junio de 2013,-  Brasil nos parece un país muy conocido. Es sinónimo de embajada acogedora, (cómo debe decir el ex - presidente Manuel Zelaya), Samba, de Amazonía, Roberto Carlos, Pelé, Ronaldinho, Neymar, Copa de Confederaciones, Mundial del 2014. Es sin duda una distante nación que de muchas maneras ha influido nuestro modo de pensar y admirar una cultura que pese a la barrera del idioma, se disfruta. El fútbol, la música, su Carnaval de Rio, nos parecen muy familiares pese a la distancia.

Por lo tanto las noticias que nos han llegado en esta temporada han resultado contradictorias. Por un lado la emoción de un torneo de fútbol en la antesala del próximo campeonato mundial de ese deporte y por el otro las de un movimiento de carácter  semi - insurreccional que se ha registrado en las principales ciudades del país, caracterizado por manifestaciones que se han tornado en una lucha entre ciudadanos y la policía, con los consabidos disturbios que han dejado locales, autos y propiedad privada y pública destruida y lesionados.


Todo parece haber comenzado como una justa lucha para evitar el alza de los precios o tarifas de un servicio público fundamental: el transporte público.

Desafortunadamente una postura inflexible de las autoridades, la brutalidad de la policía y la respuesta indignada de los manifestantes ha convertido la movilización popular en una lucha que, quiérase o no, se ha tornado en una precaria situación política que ha puesto a prueba la gobernabilidad en esa enorme nación sudamericana, que es reconocida ya como una potencia económica en el mundo.

Y es que el posicionamiento internacional de Brasil en la macro economía es importante y fruto de políticas creadas, propuestas e impulsadas por Lula Da Silva, que han permitido que esa nación se coloque entre las primeras 10 principales potencias económicas.

Sin embargo, lo que está ocurriendo y que ya no es solo una protesta en contra de un incremento de costos del transporte público, sino una expresión de otras muchas situaciones de la microeconomía y la política doméstica, se torna en una señal que no se debe ignorar.

Muchos países, aunque por sus malos gobiernos no pueden alcanzar niveles superiores en el ranking económico mundial, han puesto en práctica medidas encaminadas a mejorar la imagen macro económica pero a un precio en que la insensibilidad de los políticos ha causado estragos entre la población.

Brasil tiene altos índices de pobreza. Escuchábamos a varios analistas internacionales decir que el número de pobres que tiene Brasil es comparable con toda la población de su vecino Argentina. Lo que es realmente para recapacitar y pensar que la situación interna es realmente asombrosa.

El disgusto popular es ahora visible, aunque no es definida con claridad sus razones. Pero si se mezcla la inconformidad por las razones económicas con gestiones políticas de la oposición al gobierno brasileño, se podría entender la magnitud de los sucesos acaecidos y reportados internacionalmente.

Carteles mostrados por los manifestantes resultan interesantes y harto expresivos: “Pueblo unido no necesita partido”… “Basta de políticos incompetentes”… “Intervención de los militares ahora”. Como se puede observar nada que ver con el precio del transporte, pero si con un disgusto contra políticos.

La pluralidad ideológica es un buen síntoma de una Democracia. Y consideramos que Brasil es una Democracia. Sin embargo manifestaciones populares de esta magnitud nos hacen sospechar que hay un trasfondo político de mayor envergadura.
Soldado disparando a los manifestantes. (Foto:zoomnews.es)

Sin temor a equivocarnos, Brasil es un gigante en nuestra América que está creciendo y puede liderar una corriente de pensamiento y acción continental.

De allí que lo que está sucediendo en las ciudades de Brasil pueda extenderse por imitación en otras naciones en donde la inconformidad es también enorme por las políticas gubernamentales que, si bien han dado fruto en el nivel macro económico, han causado miseria en los estratos sociales bajos y que son mayoritarios.

Y eso es una enorme debilidad para una democracia. Los gobiernos tienden a sofocar por la vía de la fuerza estos actos y entonces se coquetea con el fascismo.

Las acciones autoritarias siempre han sido respondidas con actos de rebeldía. El status social de una nación se estremece así con mucha mayor violencia. Y esto resulta en una ganancia redonda para todos aquellos que fomentan las ideologías totalitarias, ora por ser anárquicos ora por ser revolucionarios o seudo – revolucionarios, ora por tener complejo de tiranos.

Crisis como la brasileña fomentan la sensación de desorden, creando un entorno muy propicio para las medidas de fuerza, lo que resulta muy pero muy conveniente para quienes tienen necesidad de una bandera de lucha para tomar posiciones políticas para arrebatar el poder a quien se afirma lo detenta.

En una democracia no se debiera gobernar autoritariamente, pero desordenes tan bien organizados obligan a respuestas inmediatas, y si se reprime el gobierno se torna autoritario, si no lo hace es que es flojo o incompetente. Surge entonces el planteamiento de la mayor interrogante: ¿Qué es lo que realmente está pasando? ¿Acaso una lucha en la que deba decidirse entre la democracia y el fascismo?

El caldo de cultivo tiene características comunes en el continente. Así que no está demás que los gobernantes de los países latinoamericanos dediquen un tiempo a estudiar esta situación que debe hacernos pensar y creer que Brasil no solo es fútbol, música y una economía saludable. Es un ejemplo de lo que sucede cuando los gobiernos trabajan para mejorar la imagen del país a nivel exterior dejando que entre las mayorías del pueblo los problemas económicos crezcan y de esa manera se concedan banderas de lucha para quienes desean que las democracias pasen a ser simple cosa histórica.



*  Carlos Jeremías Girón Rivera. Periodista. Miembro del Colegio de Periodistas de Honduras. (carlosjeremiasg@hotmail.com | www.facebook.com/carlosjeremiasgironr)

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