Se agota el modelo consumista: tras de si deja una estela de pobreza y desorden social - TicoVisión 
deja una estela de pobreza y desorden social
TicoVisión
Se agota el modelo consumista: tras de si
deja una estela de pobreza y desorden social
Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado
6 de agosto de 2013.- Efectivamente muy grave lo acontecido en toda la región latinoamericana y el Caribe que va desde la incierta frontera entre los Estados Unidos y México hasta la lejana Tierra del fuego. En este espacio privilegiado por la presencia de una variedad impresionante de recursos naturales, fundamentales para la economía globalizada en sus ansías de saturar el mercado con superávit de mercancías, se agudiza el desempleo y se degrada aún la llamada relación de los términos de intercambio.
Nuestros productos valen menos... porque la mano invisible del mercado guardó sus ases debajo de la manga, y nos dicen ahora que el precio de los llamados "comodities", se muestran a la baja. En esta región del mundo, llamada América Latina, los ideólogos del neo-liberalismo promulgaron las bondades de sus teorías de las llamadas ventajas comparativas... según la cual nuestro campesinado debía de abandonar la producción de productos como: el arroz, maíz, frijoles y otros granos básicos, y que produjéramos aquellos productos, para los que según ellos éramos buenos como: turismo por la biodiversidad, banano y piña... Nuestros campesinos se convirtieron en maquiladores dejaron sus tierras, algunos pocos pudieron continuar pero produciendo productos efímeros como flores y algunas frutas tropicales, se desmantelo una agricultura de más de 400 años la que surgió del pacto colonial y se fue fortaleciendo a lo largo de muchos siglos de existencia.
Nuestros productos valen menos... porque la mano invisible del mercado guardó sus ases debajo de la manga, y nos dicen ahora que el precio de los llamados "comodities", se muestran a la baja. En esta región del mundo, llamada América Latina, los ideólogos del neo-liberalismo promulgaron las bondades de sus teorías de las llamadas ventajas comparativas... según la cual nuestro campesinado debía de abandonar la producción de productos como: el arroz, maíz, frijoles y otros granos básicos, y que produjéramos aquellos productos, para los que según ellos éramos buenos como: turismo por la biodiversidad, banano y piña... Nuestros campesinos se convirtieron en maquiladores dejaron sus tierras, algunos pocos pudieron continuar pero produciendo productos efímeros como flores y algunas frutas tropicales, se desmantelo una agricultura de más de 400 años la que surgió del pacto colonial y se fue fortaleciendo a lo largo de muchos siglos de existencia.
El Estado fue desmantelado, se privatizaron todos los servicios como salud, educación, vivienda y se abandono el llamado Estado Benefactor y a cambio de éste se impuso un estado mínimo, con roles carentes de políticas sociales, donde todo tiene un precio, un valor de cambio y un valor de uso, se nos impuso un capitalismo sin rostro humano.
El sistema bancario nacional eliminó el apoyo a los pequeños productores, nuestro campesinado se sumergía en una crisis profunda y en muchos lugares terminaron siendo empleados de hoteles, jardineros, conserjes, guardas de seguridad... es decir, perdimos las bases de nuestra identidad nacional... dejamos de producir maíz y frijoles, perdimos el patrimonio genético de las semillas autóctonas y el Consejo Nacional de la Producción no volvía a guardar stock de granos básicos.
Ahora que estamos en una crisis profunda, los neoliberales apelan a que sea el estado el que cubra las pérdidas de competitividad y la pérdida de su estilo de vida nefasto de aviones, yates, automóviles de lujo, chalets, casas de playa y montaña... no, no señores nuestra tarea será la de reconstruir las bases de nuestra sociedad...
Adiós al neoliberalismo, que genera un estilo de vida depravador de la naturaleza, que ha puesto en peligro las reservas internacionales de recursos naturales, adiós al acaparamiento y profundización de la pobreza en el planeta.
Nuevos derroteros
Ante el actual descalabró sistémico global, debemos profundizar la unidad de todos los sectores sociales con grados de conciencia a los que debemos cambiar de rumbo, pues no podemos seguir dilapidando la herencia de las futuras generaciones. La alternativa que se vislumbra para sustituir a los magnates del caos es la de fundar las bases de un nuevo pacto social y es claro que ahora le toca al pueblo...
Que sepan los sectores dominantes que no será con nuestros ingresos que se solventará las crisis de los grandes magnates... que lloren sobre los miles de papeles y acciones y se alimenten de ellas... Y que lloren encima de las más de dos mil páginas del tratado de libre de comercio... que ya no será para nada libre comercio, será transferencia de pérdidas... No podemos dejar que ellos sigan actuando ahora con su filosofía de sálvese quien pueda... llego el fin de los neoliberales. Nos toca ahora reconstruir una sociedad más solidaria, más frugal y menos dilapidadora del patrimonio natural y cultural de unas tierras ricas en hombres y mujeres y en recursos para la vida.
* © Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
El sistema bancario nacional eliminó el apoyo a los pequeños productores, nuestro campesinado se sumergía en una crisis profunda y en muchos lugares terminaron siendo empleados de hoteles, jardineros, conserjes, guardas de seguridad... es decir, perdimos las bases de nuestra identidad nacional... dejamos de producir maíz y frijoles, perdimos el patrimonio genético de las semillas autóctonas y el Consejo Nacional de la Producción no volvía a guardar stock de granos básicos.
Ahora que estamos en una crisis profunda, los neoliberales apelan a que sea el estado el que cubra las pérdidas de competitividad y la pérdida de su estilo de vida nefasto de aviones, yates, automóviles de lujo, chalets, casas de playa y montaña... no, no señores nuestra tarea será la de reconstruir las bases de nuestra sociedad...
Adiós al neoliberalismo, que genera un estilo de vida depravador de la naturaleza, que ha puesto en peligro las reservas internacionales de recursos naturales, adiós al acaparamiento y profundización de la pobreza en el planeta.
Nuevos derroteros
Ante el actual descalabró sistémico global, debemos profundizar la unidad de todos los sectores sociales con grados de conciencia a los que debemos cambiar de rumbo, pues no podemos seguir dilapidando la herencia de las futuras generaciones. La alternativa que se vislumbra para sustituir a los magnates del caos es la de fundar las bases de un nuevo pacto social y es claro que ahora le toca al pueblo...
Que sepan los sectores dominantes que no será con nuestros ingresos que se solventará las crisis de los grandes magnates... que lloren sobre los miles de papeles y acciones y se alimenten de ellas... Y que lloren encima de las más de dos mil páginas del tratado de libre de comercio... que ya no será para nada libre comercio, será transferencia de pérdidas... No podemos dejar que ellos sigan actuando ahora con su filosofía de sálvese quien pueda... llego el fin de los neoliberales. Nos toca ahora reconstruir una sociedad más solidaria, más frugal y menos dilapidadora del patrimonio natural y cultural de unas tierras ricas en hombres y mujeres y en recursos para la vida.
* © Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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