TicoVisión Costa Rica

El Nuevo Diario de Nicaragua
manipula la ANEXIÓN DEL GUANACASTE

San José, 22 de agosto de 2013.- Evidentemente desde el titular “Cómo se apropió Costa Rica de Nicoya y Guanacaste”, El Nuevo Diario, periódico nicaragüense tergiversa la realidad histórica sobre la “Anexión del Guanacaste” a Costa Rica y la propaga al mundo en un evidente apoyo a lo manifestado recientemente por Daniel Ortega, presidente de esa Nación, secundado por las declaraciones del inestable apóstata Edén Pastora Gómez, mismo que gozó de la confianza y cobijo de Costa Rica por muchos años, País al cual desde hace varios años viene atacando como el peor de los enemigos.

Es un “juego peligroso” el que realiza el Nuevo Diario en momentos tan cruciales para las “relaciones entre ambos países” y que puede exacerbar ánimos xenófobos entre ambas naciones al grado de perjudicar

a la enorme cantidad de población nicaragüense que antes de “morirse de hambre” en las paupérrimas condiciones que el dictador Ortega mantiene a su población obrera y campesina han preferido venirse a buscar nuevos horizontes a Costa Rica, país que les ha brindado las mismas oportunidades que a los nacionales.

Referente al artículo del Nuevo Diario (que más abajo pondremos el enlace para facilitar su lectura), el Honorable ciudadano costarricense Freddy Pacheco León (PhD), Catedrático de la Universidad Nacional de Costa Rica y especialista en estudios territoriales y de impacto ambiental, aclara lo siguiente:

"“los habitantes de Nicoya” (…) “decidieron anexarse a Costa Rica”, dice el comentarista. ¡Y en esas palabras se resume el hecho histórico fundamental. Lo demás, las interpretaciones a destiempo, los cuestionamientos a lo sucedido en los albores de la independencia de España, no contradicen y desvalorizan lo citado entre comillas. El título del comentario, evidentemente, NO es fiel a los acontecimientos que condujeron a ese “decidieron anexarse a Costa Rica” que unas palabras después se soslaya. Vinieron años después, como era de esperarse, “los reclamos de Nicaragua” y el desliz intencional de hablar de una anexión en 1854 (¡30 años después de la única anexión!) promovida por don Juanito Mora, Héroe de la guerra contra el filibustero William Walker que usurpaba el territorio nicaragüense. Eventualmente, con el Tratado Cañas – Jerez, suscrito libre e independientemente por los representantes de Costa Rica y Nicaragua en abril de 1858, ¡aprobado y ratificado asimismo por los congresos nacionales correspondientes!, se deja definitivamente establecidas la soberanía costarricense sobre todo su territorio, incluyendo Guanacaste (por cuya parte norte corre la delimitación territorial entre los dos países) y la soberanía nicaragüense sobre el río San Juan (declarándose la libre navegación perpetua de Costa Rica sobre gran parte del río).

Pero de gran trascendencia, y que es tendenciosamente omitido en el comentario, fue la emisión del Laudo del Presidente Cleveland, en 1888, quien, ante solicitud de ambos Estados, reafirmó la validez del Tratado Cañas – Jerez y por tanto, las pretensiones de Nicaragua sobre Guanacaste, derivándose, a partir de ese hecho histórico determinante (que repetimos, se “olvida” citar al final del comentario) la conformación de la Comisión tripartita (EUA, Costa Rica y Nicaragua) conque, coordinada por el árbitro Alexander, se hace un trabajo de campo para determinar in situ el recorrido de la línea limítrofe acordada en el Tratado Cañas – Jerez, que es la que nos rige desde entonces y que, valga recordar, no se planteó por parte de la delegación nicaragüense en ese momento, solicitud alguna con respecto al límite sur de su país en la región colindante con Guanacaste. Todo ello, reafirmado más recientemente, por la Corte Internacional de Justicia a propósito de la cuestión sobre la libre navegación sobre el río San Juan, y la fallida solicitud de Nicaragua de obtener algo similar sobre el costarricense río Colorado, al reafirmar, sin lugar a dudas, la plena vigencia del Tratado de 1858, ese Tratado Cañas – Jerez que sustenta la razonable posición costarricense alrededor de un tema que no está ni puede estar en discusión en pleno siglo XXI.
"

Los pueblos de Costa Rica y Nicaragua siempre han sido pueblos hermanos a pesar de que sus políticos (principalmente los nicaragüenses), se han empeñado en mantener diferendos y roces entre ambas naciones con la atenuante nicaragüense de involucrar a su población inseminándoles el espíritu xenofóbico tan dañino para ambas poblaciones.

Los medios de comunicación de cualquier tipo, no debemos contribuir en fomentar ese divisionismo, todo lo contrario, tenemos la obligación ética y moral de contribuir a la paz y hermandad entre ambos pueblos, así como ser duros críticos de nuestros gobernantes en su juego macabro por intereses personales.

Ver artículo de El Nuevo Diario: