Arqueología del poder: elecciones del dos de febrero en Costa Rica - TicoVisión
Uniendo fragmentos sueltos por aquí y por allá, pegando los pedazos de los tiestos de la política, planteo una arqueología del poder del proceso electoral 2014. Todo inicio, no en estas elecciones, sino en las anteriores.
Arqueología del poder:
elecciones del dos de febrero en Costa Rica
Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado *
7 de febrero de 2014.- Uniendo fragmentos sueltos por aquí y por allá, pegando los pedazos de los tiestos de la política, planteo una arqueología del poder del proceso electoral 2014. Todo inicio, no en estas elecciones, sino en las anteriores. Como bien recordarán, a Laura Chinchilla la montaron en el poder los hermanos Arias Sánchez, su aceptación por el electorado fue amplia y abrumadora, barrió en la primera ronda. En esa ocasión Johnny Araya Monge no le hizo ni cosquillas a la precandidatura de Laura.
Lo previsible era que para esta campaña fuera Rodrigo Arias Sánchez el candidato del PLN, dos hechos coyunturales potenciaron la imagen presidenciable de Little John Araya:
1) Los juegos deportivos centroamericanos en los que Araya Monge desfiló montado con los atletas en el carro del triunfo.
2) La construcción de un boulevard chino.
Ambos eventos soplaran fuertes ráfagas de viento y Araya Monge tuvo posicionamiento mediático sin precedentes. Todo esto sucedía previo a la convención de los liberacionistas; los opositores empezaron a caer como moscas intoxicados por la fuerza que ya había tomado la candidatura de Araya Monge.
Lo previsible era que para esta campaña fuera Rodrigo Arias Sánchez el candidato del PLN, dos hechos coyunturales potenciaron la imagen presidenciable de Little John Araya:
1) Los juegos deportivos centroamericanos en los que Araya Monge desfiló montado con los atletas en el carro del triunfo.
2) La construcción de un boulevard chino.
Ambos eventos soplaran fuertes ráfagas de viento y Araya Monge tuvo posicionamiento mediático sin precedentes. Todo esto sucedía previo a la convención de los liberacionistas; los opositores empezaron a caer como moscas intoxicados por la fuerza que ya había tomado la candidatura de Araya Monge.
Rodrigo Arias cabizbajo prefirió poner pies en polvorosa, luego sucedió lo mismo con Antonio Álvarez Desanti y con Fernando Berrocal, todos declinaron y el pequeño Juan ganó una convención por renuncia de sus adversarios.
En la acera del frente, un profesor universitario que había sido Secretario General del Partido Liberación Nacional y Ministro plenipotenciario para Centroamérica del presidente Arias Sánchez, se presentaba por el partido de Otón Solís Fallas (PAC), quien se quedó esperando que Dios le hablara. Al parecer a Dios no le gustaba mucho Otón Solís.
En el PAC, entraron en la competencia presidencial figuras prominentes como Juan Carlos Mendoza, quien recién dejaba la presidencia de la Asamblea Legislativa, y Epsy Campbell. Curiosamente y en una contienda muy tranquila, el profesor universitario de Ciencias Políticas ganó la postulación por el PAC; la noticia no produjo ningún oleaje fuera de lo normal.
Se desarrolla la campaña electoral reflejando que Araya Monge y un joven candidato venido de un partido llamado Frente Amplio, empiezan a mostrarse ante la prensa como los contendores favoritos para la final, todas las encuestas lo confirmaban como los grandes favoritos, no había duda de una final casi previsible. Pero entonces Araya Monge buscó como deshacerse de su rival José María Villalta, pero no hiló un argumento político sólido, solo encontró enlodarlo con una campaña de terror tejida de la manera más sucia. La campaña dio un resultado inesperado, alejó a los electores, tanto de Araya Monge, como de José María Villalta (atacante y atacado), e hizo crecer las preferencias del electorado por el ex secretario General de partido Liberación Nacional, profesor Luis Guillermo Solís Rivera.
Pocos días después del exitoso, inesperado y rotundo éxito de Solís Rivera, en la primera ronda de la campaña más dura y sucia hecha contra un candidato, una fotografía surgida de un encuentro entre Oscar Arias Sánchez y su antiguo embajador en Centroamérica, nos revela pistas sobre una posible estratagema planificada desde la soledad del poder de los hermanos Arias Sánchez. El abrazo fraternal en el que se acercan los helos de Arias Sánchez y Solís Rivera; más que un encuentro casual, está vinculado con un ajedrez político en el que en varios movimientos de muchas piezas y con la sapiencia de un maestro, Oscar Arias logra coronar un peón y poner la partida en posición ganadora.
Un golpe maestro del maestro de la política del poder. Oscar Arias festejaba su triunfo, al fin había logrado asegurar su preeminencia en el poder. Y de paso vengó la derrota de su hermano al tener que alejarse de la lucha por el poder contra Johnny Araya Monge.
¡Un juego de ajedrez perfecto!, ejecutado por el “Maquiavelo” moderno de la política costarricense. Un juego bien hilvanado desde el principio y no expuso a su hermano a la derrota. Al final logra vengar el honor del apellido y la familia; hunde al candidato del PLN, y sigue moviendo sus fichas, pues desde el poder, su discípula se encarga de ejecutar el naufragio de Araya Monge; muy sencillo, decreta un aumento miserable para el sector público que enciende en llamas la campaña de Araya Monge. Mientras, el maestro del ajedrez político logra que para los próximos años su apellido siga flameando por lo alto y de paso asegura que su discípulo esté montado en el carro del poder y es presumiblemente el próximo presidente.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
En la acera del frente, un profesor universitario que había sido Secretario General del Partido Liberación Nacional y Ministro plenipotenciario para Centroamérica del presidente Arias Sánchez, se presentaba por el partido de Otón Solís Fallas (PAC), quien se quedó esperando que Dios le hablara. Al parecer a Dios no le gustaba mucho Otón Solís.
En el PAC, entraron en la competencia presidencial figuras prominentes como Juan Carlos Mendoza, quien recién dejaba la presidencia de la Asamblea Legislativa, y Epsy Campbell. Curiosamente y en una contienda muy tranquila, el profesor universitario de Ciencias Políticas ganó la postulación por el PAC; la noticia no produjo ningún oleaje fuera de lo normal.
Se desarrolla la campaña electoral reflejando que Araya Monge y un joven candidato venido de un partido llamado Frente Amplio, empiezan a mostrarse ante la prensa como los contendores favoritos para la final, todas las encuestas lo confirmaban como los grandes favoritos, no había duda de una final casi previsible. Pero entonces Araya Monge buscó como deshacerse de su rival José María Villalta, pero no hiló un argumento político sólido, solo encontró enlodarlo con una campaña de terror tejida de la manera más sucia. La campaña dio un resultado inesperado, alejó a los electores, tanto de Araya Monge, como de José María Villalta (atacante y atacado), e hizo crecer las preferencias del electorado por el ex secretario General de partido Liberación Nacional, profesor Luis Guillermo Solís Rivera.
Pocos días después del exitoso, inesperado y rotundo éxito de Solís Rivera, en la primera ronda de la campaña más dura y sucia hecha contra un candidato, una fotografía surgida de un encuentro entre Oscar Arias Sánchez y su antiguo embajador en Centroamérica, nos revela pistas sobre una posible estratagema planificada desde la soledad del poder de los hermanos Arias Sánchez. El abrazo fraternal en el que se acercan los helos de Arias Sánchez y Solís Rivera; más que un encuentro casual, está vinculado con un ajedrez político en el que en varios movimientos de muchas piezas y con la sapiencia de un maestro, Oscar Arias logra coronar un peón y poner la partida en posición ganadora.
Un golpe maestro del maestro de la política del poder. Oscar Arias festejaba su triunfo, al fin había logrado asegurar su preeminencia en el poder. Y de paso vengó la derrota de su hermano al tener que alejarse de la lucha por el poder contra Johnny Araya Monge.
¡Un juego de ajedrez perfecto!, ejecutado por el “Maquiavelo” moderno de la política costarricense. Un juego bien hilvanado desde el principio y no expuso a su hermano a la derrota. Al final logra vengar el honor del apellido y la familia; hunde al candidato del PLN, y sigue moviendo sus fichas, pues desde el poder, su discípula se encarga de ejecutar el naufragio de Araya Monge; muy sencillo, decreta un aumento miserable para el sector público que enciende en llamas la campaña de Araya Monge. Mientras, el maestro del ajedrez político logra que para los próximos años su apellido siga flameando por lo alto y de paso asegura que su discípulo esté montado en el carro del poder y es presumiblemente el próximo presidente.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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