Política del papelón, papeletas y otros demonios: Campaña electoral - TicoVisión
Un análisis muy atinado y exhaustivo que hace el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado sobre la supuesta “vulnerabilidad” del Tribunal Supremo de Elecciones, la renuncia del candidato Araya y otros factores que inciden...
Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado *
12 de marzo de 2014.- Algunos hechos extraños han entrado a enturbiar el desarrollo de la campaña electoral costarricense. El candidato presidencial del Partido Liberación Nacional anuncio el 05 de Marzo del 2014 que no seguiría haciendo campaña política por la simple razón de no tener los fondos económicos, por reconocer que el continuismo de dos mandatos consecutivos del PLN, le pasó la factura a su postulación y que eso lo reflejaron las encuestas, notablemente la última difundida por el Semanario Universidad, donde las distancias entre el candidato del PAC, Luis Guillermo Solís, alcanzaba un 64 por ciento de la intención de voto versus un 20,4 por ciento para Johnny Araya.
No obstante, algunos analistas y personas que mueven la campaña desde las redes sociales, han hablado que el asunto del retiro del candidato del PLN es un “caballo de Troya” es decir, es una técnica dilatoria para de manera solapada continuar el trabajo y tratar de ganar las elecciones de una manera que no le produzca ni gasto emocional, ni gasto económico. Si uno sigue a los medios de comunicación, se da cuenta que el solo colocar el tema en la discusión de sí había renunciado o de sí sólo no haría campaña, ha mantenido a la prensa en vilo y ha colocado el tema como una noticia que destaca en la prensa, es decir, hay un efecto positivo; se habla mucho del tema y esto a su vez moviliza al electorado del Partido Liberación Nacional.
No obstante, algunos analistas y personas que mueven la campaña desde las redes sociales, han hablado que el asunto del retiro del candidato del PLN es un “caballo de Troya” es decir, es una técnica dilatoria para de manera solapada continuar el trabajo y tratar de ganar las elecciones de una manera que no le produzca ni gasto emocional, ni gasto económico. Si uno sigue a los medios de comunicación, se da cuenta que el solo colocar el tema en la discusión de sí había renunciado o de sí sólo no haría campaña, ha mantenido a la prensa en vilo y ha colocado el tema como una noticia que destaca en la prensa, es decir, hay un efecto positivo; se habla mucho del tema y esto a su vez moviliza al electorado del Partido Liberación Nacional.
Por otra parte, el Comité Ejecutivo del PLN, asume ahora un rol director, señala que los diputados electos deben asumir su cuota de trabajo en la campaña, ofrecen a los vicepresidentes del PLN continuar con la campaña, de hecho, Jorge Pattonni, ofreció inicialmente aceptar la misión.
Y bueno ¿eso qué importancia tiene políticamente? Que es un hecho inusual en la democracia electoral costarricense de la segunda república de 1949 - 2014 que un candidato renuncie, de hecho constitucionalmente esta inhibido de hacerlo. De manera que es una declinación a hacer campaña, pero nadie le puede impedir tampoco que no deba hacerlo.
Si se revisan los datos y se observa que por ejemplo, Johnny Araya no le aportó más electores al PLN, todo lo contrario, el candidato le restó votantes; cerca de un 10 por ciento de las bases electorales que ronda en el 40 por ciento. Araya Monge obtuvo la votación más baja en la historia electoral de un candidato del PLN, apenas un 29,4 por ciento. ¿Será un “caballo de Troya” o como se dice en el ajedrez un peón envenado? Creo que a un analista serio, y un candidato que se tome la campaña en serio, no debería jugar con esas reglas retorcidas que sería no aplicar el “fair play” (juego limpio) en la política. Sobre el tema volveremos al final el artículo.
Pero otro hecho inusitado se viene a sumar a esta campaña presidencial, cuando los periódicos han afirmado y corroborado que ha habido robo de papeletas electorales de las que serán utilizadas el día de las votaciones. El hecho si es noticia probada, se habla de una pequeña muestra, pero al ser cierto el hecho, si nos llama la atención de que este tipo de noticias en verdad atenta contra el régimen democráticos y la tradición electoral costarricense y ahonda la desconfianza en el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Y todo ello se produce por una simple razón, la Imprenta Nacional que tradicionalmente ha hecho la impresión de la papeletas electorales del Tribunal Supremo de Elecciones, no lo hizo, en esta ocasión fue una empresa privada, por el purito se ser neoliberales confiamos en que la empresa privada produce libertad. Pues vean en que lio nos han puesto, toda vez que sea una muestra o una abultada cantidad el hecho sí afecta la imagen de las elecciones y nos dice que hay grupos entronizados en la empresa privada que vienen jugando sucio desde la “campaña del miedo” cuando empresas amenazaron con despedir a los trabajadores que votaran por el Frente Amplio (FA). Ya eso no es el miedo, es jugar con el hambre y con el estómago de los electores.
Al analizar estas variables de manera unitaria, los hechos puestos en perspectiva, no es algo que los llamados “analistas políticos” se atrevan a hacer y es muy simple, ellos mismo jugaron con la democracia, ellos mismo lanzaban ditirambos al PLN, al cual consideraban invencible. Si esos analistas cuyos patronos son los medios de comunicación, lo que les dan su aureola de sapiencia, sin los medios, no son nada, serían uno más como usted y como yo.
La hipótesis que planteo, es que en estos momentos hay grupos empresariales fuertemente afincados en el poder que se sienten inseguros del proceso electoral y que prefieren ensuciarlo para jugar con otras reglas y poder someter al candidato ganador. Hay intereses muy oscuros que buscan acallar la voluntad de un cambio de rumbo en la política costarricense.
Estos grupos estrechamente vinculados al capital trasnacional, a los consorcios que mueven la economía mundial, y a nivel regional el fuerte poder del capital que financia el sicariato, el lavado de dinero, y la narcotización de la vida social y política. Pero no, aquí nadie se atreve a hablar de estos temas porque la prensa se aplica la “auto censura” previa ante el temor a las represalias.
Cuidado “ese caballo de Troya” se nos convierte en una realidad, ya lo demostraron con la campaña del miedo, lograron bajar la intención de voto de José María Villalta de un 33,4 por ciento a un 17 por ciento.
En eso consiste “el caballo de Troya”, en este tipo de campañas que provocan crisis silenciosas de pánico social que transforman en horas la intención del voto. Y no es un análisis paranoico, es una realidad que la vimos pasar ante nuestros ojos, solo les pido a los ciudadanos que mantengan los ojos muy abiertos; en estas elecciones hay mucha gente interesada en enturbiarlas. Y aquí tenemos que mirar más allá de nuestras fronteras, pues hay razones más fuertes que la política doméstica que tienen que ver con la geopolítica regional y las tendencias del voto en muchos países de la región.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
Y bueno ¿eso qué importancia tiene políticamente? Que es un hecho inusual en la democracia electoral costarricense de la segunda república de 1949 - 2014 que un candidato renuncie, de hecho constitucionalmente esta inhibido de hacerlo. De manera que es una declinación a hacer campaña, pero nadie le puede impedir tampoco que no deba hacerlo.
Si se revisan los datos y se observa que por ejemplo, Johnny Araya no le aportó más electores al PLN, todo lo contrario, el candidato le restó votantes; cerca de un 10 por ciento de las bases electorales que ronda en el 40 por ciento. Araya Monge obtuvo la votación más baja en la historia electoral de un candidato del PLN, apenas un 29,4 por ciento. ¿Será un “caballo de Troya” o como se dice en el ajedrez un peón envenado? Creo que a un analista serio, y un candidato que se tome la campaña en serio, no debería jugar con esas reglas retorcidas que sería no aplicar el “fair play” (juego limpio) en la política. Sobre el tema volveremos al final el artículo.
Pero otro hecho inusitado se viene a sumar a esta campaña presidencial, cuando los periódicos han afirmado y corroborado que ha habido robo de papeletas electorales de las que serán utilizadas el día de las votaciones. El hecho si es noticia probada, se habla de una pequeña muestra, pero al ser cierto el hecho, si nos llama la atención de que este tipo de noticias en verdad atenta contra el régimen democráticos y la tradición electoral costarricense y ahonda la desconfianza en el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Y todo ello se produce por una simple razón, la Imprenta Nacional que tradicionalmente ha hecho la impresión de la papeletas electorales del Tribunal Supremo de Elecciones, no lo hizo, en esta ocasión fue una empresa privada, por el purito se ser neoliberales confiamos en que la empresa privada produce libertad. Pues vean en que lio nos han puesto, toda vez que sea una muestra o una abultada cantidad el hecho sí afecta la imagen de las elecciones y nos dice que hay grupos entronizados en la empresa privada que vienen jugando sucio desde la “campaña del miedo” cuando empresas amenazaron con despedir a los trabajadores que votaran por el Frente Amplio (FA). Ya eso no es el miedo, es jugar con el hambre y con el estómago de los electores.
Al analizar estas variables de manera unitaria, los hechos puestos en perspectiva, no es algo que los llamados “analistas políticos” se atrevan a hacer y es muy simple, ellos mismo jugaron con la democracia, ellos mismo lanzaban ditirambos al PLN, al cual consideraban invencible. Si esos analistas cuyos patronos son los medios de comunicación, lo que les dan su aureola de sapiencia, sin los medios, no son nada, serían uno más como usted y como yo.
La hipótesis que planteo, es que en estos momentos hay grupos empresariales fuertemente afincados en el poder que se sienten inseguros del proceso electoral y que prefieren ensuciarlo para jugar con otras reglas y poder someter al candidato ganador. Hay intereses muy oscuros que buscan acallar la voluntad de un cambio de rumbo en la política costarricense.
Estos grupos estrechamente vinculados al capital trasnacional, a los consorcios que mueven la economía mundial, y a nivel regional el fuerte poder del capital que financia el sicariato, el lavado de dinero, y la narcotización de la vida social y política. Pero no, aquí nadie se atreve a hablar de estos temas porque la prensa se aplica la “auto censura” previa ante el temor a las represalias.
Cuidado “ese caballo de Troya” se nos convierte en una realidad, ya lo demostraron con la campaña del miedo, lograron bajar la intención de voto de José María Villalta de un 33,4 por ciento a un 17 por ciento.
En eso consiste “el caballo de Troya”, en este tipo de campañas que provocan crisis silenciosas de pánico social que transforman en horas la intención del voto. Y no es un análisis paranoico, es una realidad que la vimos pasar ante nuestros ojos, solo les pido a los ciudadanos que mantengan los ojos muy abiertos; en estas elecciones hay mucha gente interesada en enturbiarlas. Y aquí tenemos que mirar más allá de nuestras fronteras, pues hay razones más fuertes que la política doméstica que tienen que ver con la geopolítica regional y las tendencias del voto en muchos países de la región.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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