31 de marzo de 2014.-  Tras la lectura del artículo publicado por ustedes titulado  No money, no wáter: transformación de AyA, Senara y ESPH en nuevo proyecto de ley" del Dr. Freddy Pacheco León, me permito escribir algo en lo que yo creo firmemente. Viendo la escasez del preciado líquido, bien pudiese ser dinero todo lo que se mueve en torno al agua.

¿Qué es lo que se esconde o trata de esconder el mundo a través de sus dirigentes, y por qué en todos los países tratan de convencernos del beneficio del cambio de leyes con respecto al agua?  Las grandes multinacionales descubrieron hace ya mucho tiempo que el agua no se puede fabricar, y que el agua dulce tan solo representa un 3% del total del suministro; una ironía si la comparamos con el 70%  de que está compuesto el total del planeta.

Si como vemos el valor del agua es cada vez mayor, aplicaré un dicho de mi tierra: "Blanco y en botella, tiene que ser leche". Si alguien fuese capaz de controlar todos los ríos, acuíferos, lagos y aguas subterráneas del planeta, tendría el poder absoluto  sobre las más de 6,602,230,300 almas que habitamos el mundo; sería dueño de vidas y haciendas, cambiaría los gobiernos a su antojo y nos haría comulgar con ruedas de molino.