La niñez: una etapa fundamental de nuestra vida - TicoVisión
La niñez, si bien no es una etapa tan extensa dentro de las diferentes fases de la vida de un ser humano, todo lo contrario la niñez pasa rápido, no obstante quizá sea el período que más nos marca en nuestro devenir...
La niñez:
una etapa fundamental de nuestra vida
Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado *
San José, 7 de septiembre de 2014.- La niñez que se inicia una vez que emergemos de la órbita espacial que es el vientre materno y se corta el cordón umbilical que nos une con nuestra madre y nos pone en el mundo y sus complejidades.
Con los primeros llantos anunciamos y dejamos clara nuestra protesta por esa salida apresurada del confort de esa cápsula espacial de la que somos lanzados al mundo y sus cosas. Durante 52 semanas para los afortunados, esa semilla que somos ha madurado hasta el punto de proclamar gritos nuestro aterrizaje.
La niñez, si bien no es una etapa tan extensa dentro de las diferentes fases de la vida de un ser humano, todo lo contrario la niñez pasa rápido, no obstante quizá sea el período que más nos marca en nuestro devenir como seres humanos. La niñez es una etapa de formación que la realizamos en el seno de la casa familiar muy vinculados por lo general a nuestra madre, compañera
Con los primeros llantos anunciamos y dejamos clara nuestra protesta por esa salida apresurada del confort de esa cápsula espacial de la que somos lanzados al mundo y sus cosas. Durante 52 semanas para los afortunados, esa semilla que somos ha madurado hasta el punto de proclamar gritos nuestro aterrizaje.
La niñez, si bien no es una etapa tan extensa dentro de las diferentes fases de la vida de un ser humano, todo lo contrario la niñez pasa rápido, no obstante quizá sea el período que más nos marca en nuestro devenir como seres humanos. La niñez es una etapa de formación que la realizamos en el seno de la casa familiar muy vinculados por lo general a nuestra madre, compañera
inseparable y soporte de nuestra alimentación y guía permanente de lo que seremos.
En esta primera etapa nuestros padres, madre y padre y hermanos, tíos y familiares, es decir, nuestro entorno junto al vecindario nos alimentan de experiencias que perduran por toda la vida. En la niñez forjamos sueños, ilusiones, anhelos y esperanzas que de acuerdo a las circunstancias iremos cumpliendo de acuerdo al apoyo de nuestro entorno social.
La niñez es un período de nuestras vidas que podría irse cerrando entre los 12 y los 15 años, cierta mente es una etapa que si bien no es tan larga es fundamental, es como los cimientos de una construcción. En esos años forjamos sueños e ideas que perduran por siempre.
La niñez es una etapa para soñar, para inventar el mundo a nuestra manera, es una etapa de crecimiento muy autónomo, dependemos más de las ideas que produce nuestro propio cerebro. Un niño con el debido apoyo emocional, lleno de amor, de comprensión y de formación, logrará ser un una persona feliz.
Pero la idea fundamental es que todas las sociedades del mundo vean a los niños hacia el futuro sobre el cual reposará el porvenir de esa sociedad. Por eso es que deben existir políticas públicas para fomentar el bienestar y la felicidad de los niños y de su entorno.
Hoy día que las familias son más pequeñas por la disminución en el número de hijos, hay más posibilidades para tener una mejor interacción social y que la interacción familiar pueda tener un mayor peso en la formación de las condiciones óptimas para que el niño llegue a ser un ser humano feliz.
La sociedad, los gobiernos y las instituciones, deben encontrar políticas públicas que busquen favorecer a los niños pobres y con problemas familiares, el interés de las políticas públicas hacia la niñez deben buscar la felicidad del niño y de su entorno y que el seno familiar, sea exactamente eso, un lugar de alimentación moral y espiritual que propicien su bienestar y conducta.
Invertir en los niños es pensar en el futuro de la sociedad; niños felices harán un país y un mundo mejor y más feliz. Niños del mundo, sueñen; que sus sueños y sus ideas son alimento de hoy y para siempre.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
En esta primera etapa nuestros padres, madre y padre y hermanos, tíos y familiares, es decir, nuestro entorno junto al vecindario nos alimentan de experiencias que perduran por toda la vida. En la niñez forjamos sueños, ilusiones, anhelos y esperanzas que de acuerdo a las circunstancias iremos cumpliendo de acuerdo al apoyo de nuestro entorno social.
La niñez es un período de nuestras vidas que podría irse cerrando entre los 12 y los 15 años, cierta mente es una etapa que si bien no es tan larga es fundamental, es como los cimientos de una construcción. En esos años forjamos sueños e ideas que perduran por siempre.
La niñez es una etapa para soñar, para inventar el mundo a nuestra manera, es una etapa de crecimiento muy autónomo, dependemos más de las ideas que produce nuestro propio cerebro. Un niño con el debido apoyo emocional, lleno de amor, de comprensión y de formación, logrará ser un una persona feliz.
Pero la idea fundamental es que todas las sociedades del mundo vean a los niños hacia el futuro sobre el cual reposará el porvenir de esa sociedad. Por eso es que deben existir políticas públicas para fomentar el bienestar y la felicidad de los niños y de su entorno.
Hoy día que las familias son más pequeñas por la disminución en el número de hijos, hay más posibilidades para tener una mejor interacción social y que la interacción familiar pueda tener un mayor peso en la formación de las condiciones óptimas para que el niño llegue a ser un ser humano feliz.
La sociedad, los gobiernos y las instituciones, deben encontrar políticas públicas que busquen favorecer a los niños pobres y con problemas familiares, el interés de las políticas públicas hacia la niñez deben buscar la felicidad del niño y de su entorno y que el seno familiar, sea exactamente eso, un lugar de alimentación moral y espiritual que propicien su bienestar y conducta.
Invertir en los niños es pensar en el futuro de la sociedad; niños felices harán un país y un mundo mejor y más feliz. Niños del mundo, sueñen; que sus sueños y sus ideas son alimento de hoy y para siempre.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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