Que siga ''gobernando'': Nicaragua - TicoVisión
Actualmente, la política en Nicaragua es un asunto muy personal y tiene poco que ver con lo ideológico. Si a alguien se le pregunta cuál es, en esencia, la diferencia entre los partidos políticos, pocos podrían...
Por Max Lacayo L. *
6 de octubre de 2014.- Actualmente, la política en Nicaragua es un asunto muy personal y tiene poco que ver con lo ideológico. Si a alguien se le pregunta cuál es, en esencia, la diferencia entre los partidos políticos, pocos podrían sinceramente indicar alguna consideración teórica. Sin embargo todos dirían que el partido al que pertenecen es el mejor. El valor de estas organizaciones lo encontramos en el mero hecho de pertenecer a una o a otra.
Esto se debe a que los partidos políticos nicaragüenses tienen dueño y, como corolario, los miembros del partido y la administración gubernamental también le pertenecen al líder. En estos momentos, en Nicaragua, hay poca consideración por estas entidades políticas.
Sin embargo, en la acumulación de sentimientos negativos es donde hemos ido encontrando determinación para revertir ese proceso maligno que representa la actual dictadura. Y como hemos dicho anteriormente, eso atiende a una dinámica social que nos predispone a rebelarnos contra las tiranías. De ahí que incrementalmente iremos demandando, entre otras cosas, los esfuerzos de unificar la oposición. A medida que esos impulsos crezcan, más exigente será el propósito del pueblo en cuanto a la efectividad de reorganización de las fuerzas políticas y su curso de acción.
Es en nombre de esa exigencia que debemos prestar seria atención a la noticia del pasado 30 de septiembre, en que varias organizaciones política y de sociedad civil presentaron una serie de propuestas preliminares, a manera de “Aporte a un
Esto se debe a que los partidos políticos nicaragüenses tienen dueño y, como corolario, los miembros del partido y la administración gubernamental también le pertenecen al líder. En estos momentos, en Nicaragua, hay poca consideración por estas entidades políticas.
Sin embargo, en la acumulación de sentimientos negativos es donde hemos ido encontrando determinación para revertir ese proceso maligno que representa la actual dictadura. Y como hemos dicho anteriormente, eso atiende a una dinámica social que nos predispone a rebelarnos contra las tiranías. De ahí que incrementalmente iremos demandando, entre otras cosas, los esfuerzos de unificar la oposición. A medida que esos impulsos crezcan, más exigente será el propósito del pueblo en cuanto a la efectividad de reorganización de las fuerzas políticas y su curso de acción.
Es en nombre de esa exigencia que debemos prestar seria atención a la noticia del pasado 30 de septiembre, en que varias organizaciones política y de sociedad civil presentaron una serie de propuestas preliminares, a manera de “Aporte a un
Consenso Nacional” (según el título del documento), con miras a desarrollar un plan de nación. Líderes de ese esfuerzo declararon enfáticamente que este consenso no tiene como mira planes “electoreros”. En verdad, tampoco manifiesta oposición al tirano.
Según el documento: “El propósito de estas organizaciones políticas y sociales es aportar a un Consenso Nacional alrededor de soluciones a los grandes desafíos de Nicaragua”. Luego presentan una lista de propuestas ingrávidas desarrolladas por tres comisiones de trabajo conformadas para ese fin.
Entre las propuestas de la Comisión Político Institucional se destacan las siguientes: “Fortalecer las funciones legislativa y presupuestarias de la Asamblea. Los procedimientos de interpelación y destitución de los ministros deben ser más efectivos. Reducción de número de diputados. Rediseñar el sistema actual de la Asamblea para elegir a funcionarios de los otros poderes del Estado. Eliminar la reelección al cargo de presidente. Erradicar el nepotismo. Aplicar efectivamente la Ley de Carrera Administrativa. Considerar el establecimiento de un referéndum revocatorio a mitad del período presidencial. Garantizar la independencia e imparcialidad del poder judicial. Aprobar una nueva Ley Electoral. Depurar y auditar el padrón electoral. Requerir reformas inmediatas que garanticen la credibilidad de los magistrados del Consejo Supremo Electoral. Revertir las reformas al Código Militar y la Ley de la Policía Nacional. Fortalecer los Ministerios de Defensa y Gobernación. Adoptar una política de puertas abiertas a los organismos de Derechos Humanos. Realizar los estudios científicos que determinen si existe una modalidad viable desde el punto de vista ambiental, financiero y social de un canal”.
La Comisión Económica propone como primer objetivo del plan económico: “Mejorar el bienestar de todos los nicaragüenses”. La Comisión Social propone: Ofrecer educación y salud pública de calidad para todos. Incrementar sustancialmente la cobertura del INSS y reducir sustancialmente el actual déficit de viviendas”, etc.
Aquí vale mencionar que para el dictador nicaragüense Daniel Ortega todo esfuerzo inefectivo, pueril, ambivalente, irresoluto, indeterminado o dilatorio de parte de la oposición política organizada es equivalente a decirle: ¡No nos importa que siga “gobernando”!
* Por Max Lacayo Lacayo, Nicaragüense: economista, escritor, poeta y crítico literario. Egresado de University of New Orleans.
Según el documento: “El propósito de estas organizaciones políticas y sociales es aportar a un Consenso Nacional alrededor de soluciones a los grandes desafíos de Nicaragua”. Luego presentan una lista de propuestas ingrávidas desarrolladas por tres comisiones de trabajo conformadas para ese fin.
Entre las propuestas de la Comisión Político Institucional se destacan las siguientes: “Fortalecer las funciones legislativa y presupuestarias de la Asamblea. Los procedimientos de interpelación y destitución de los ministros deben ser más efectivos. Reducción de número de diputados. Rediseñar el sistema actual de la Asamblea para elegir a funcionarios de los otros poderes del Estado. Eliminar la reelección al cargo de presidente. Erradicar el nepotismo. Aplicar efectivamente la Ley de Carrera Administrativa. Considerar el establecimiento de un referéndum revocatorio a mitad del período presidencial. Garantizar la independencia e imparcialidad del poder judicial. Aprobar una nueva Ley Electoral. Depurar y auditar el padrón electoral. Requerir reformas inmediatas que garanticen la credibilidad de los magistrados del Consejo Supremo Electoral. Revertir las reformas al Código Militar y la Ley de la Policía Nacional. Fortalecer los Ministerios de Defensa y Gobernación. Adoptar una política de puertas abiertas a los organismos de Derechos Humanos. Realizar los estudios científicos que determinen si existe una modalidad viable desde el punto de vista ambiental, financiero y social de un canal”.
La Comisión Económica propone como primer objetivo del plan económico: “Mejorar el bienestar de todos los nicaragüenses”. La Comisión Social propone: Ofrecer educación y salud pública de calidad para todos. Incrementar sustancialmente la cobertura del INSS y reducir sustancialmente el actual déficit de viviendas”, etc.
Aquí vale mencionar que para el dictador nicaragüense Daniel Ortega todo esfuerzo inefectivo, pueril, ambivalente, irresoluto, indeterminado o dilatorio de parte de la oposición política organizada es equivalente a decirle: ¡No nos importa que siga “gobernando”!
* Por Max Lacayo Lacayo, Nicaragüense: economista, escritor, poeta y crítico literario. Egresado de University of New Orleans.
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