Las sociedades del desperdicio -  TicoVisión
Escrito en 04/11/14 a 03:45:36 GMT-06:00 Por Administrador
Guillermo Carvajal A
En general, ya las sociedades no se diferencias tanto por sus estilos de gobierno como por sus estilos de consumo, los individuos dejamos de producir nuestra pequeña cuota de producción y dependemos cada vez más...

Las sociedades del desperdicio - TicoVisión


4 de noviembre de 2014 | TicoVisión | Redacción: TicoVisión | Ctegoría: | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento




Las sociedades del desperdicio



Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado *

Solía decir mi buen amigo y maestro Paulino González Villalobos en 1976: “¿Ya nos cominos la mitad del planeta?” Mi formación como geógrafo era más optimista, yo hablaba del desarrollo y veía en cada gran invento humano un paso hacia adelante en la búsqueda del bienestar común. Han pasado ya muchos años y el tiempo se ha encargado de mostrarme que está bueno el optimismo pero, que este debe verse con responsabilidad en el uso y abuso de nuestros recursos. Por dicha nuestras ideas se modifican y a través de la lectura, el estudio y la interacción nuestra mente se abre al aprendizaje.

Sí, hemos dilapidado buena parte de nuestros recursos, el consumismo desmedido y las ansias desmedidas de acaparar bienes de consumo suntuoso, nos ha tocado a todos los grupos que conformamos la sociedad.

En muchas de nuestras casas abundan los ejemplos, participamos activamente del mercado del consumo con un apetito voraz, queremos un  televisor para la sala, otro para el dormitorio, otro par la cocina. Igual nos sucede con las nuevas tecnologías, la portatil, la tableta, el celular inteligente, y la PC de escritorio. Por doquier el mundo del consumismo nos ha ganado incluso a los principios de la frugalidad heredados de lo que fuimos en las décadas del 1950-1960.


La industria produce masivamente.

Hoy día, las fábricas de las grandes naciones que están en la a lista de los llamados “países desarrollados” saben que los mejores nichos de mercado están en los países en “vías de desarrollo” y nos producen bienes industriales de poca durabilidad con materiales más ligeros para una vida útil más corta.

En un santiamén pasamos de los viejos televisores Philips en blanco y negro a los televisores a color. Recuerdo que ingeniosamente la gente compraba una sobre pantalla en vidrio o de material plástico que dividía la pantalla en colores, pero ese invento no sostuvo el apetito de pasar al televisor de  pantalla plana, y más rápido al televisor de pantalla táctil. Antes un televisor podía durar entre 15 y 25 años, era reparado  para lograr una vida útil por encima de los 30 años, si hoy se nos daña pueda que el técnico nos aconseje desecharlo, o que la mano de obra por repararlo sea tan elevada que es mejor adquirir uno nuevo.

Igual nos ha sucedido con el teléfono móvil; los primeros eran grandes, algo pesados, nos servían solo para comunicarnos, hoy son ligeros, táctiles, comunicados a la red internet. El paso de una generación de tecnología a otra, dura muy poco y convierte las anteriores tecnologías en desechos.

Pasamos del D.O.S (Disk Operating System) al Windows de Bill Gates y las Viejas computadoras las tuvimos que cambiar; las viejas computadoras debieron ser remplazadas y quedamos en manos de Windows.


Bienes de consumo fugaces.

Hoy todo es fugas, ya no se fabrican aquellos automóviles Willys que eran para toda la vida, me encantaba ir a Aserrí y Acosta para ver aquellos portentosos vehículos doble tracción superando caminos deficientes y coronando siempre las metas de llegar.  Hoy muchos de los vehículos no se pueden exponer a estas duras pruebas, llegamos hasta donde no podamos romper el vehículo.

El consumo masivo de productos nos ha llevado a constituir sociedades del desperdicio, cientos de miles de bienes van a parar a los botaderos de basura y ahí es donde nace el problema. Nuestros rellenos dizque sanitarios ya tampoco soportan las cantidades inmensas de tecnologías desechadas que a ellos van a parar. El ciclo de vida de los botaderos ha venido experimentando un ciclo de vida cada vez más corto.

Igual que consumimos tecnología nos convertimos en individuos con apetito voraz y la cantidad e toneladas de productos que las grandes cadenas que comercializan comidas deben desechar es inmensa y alcanzarían para saciar la mala nutrición de muchas otra sociedades.

En general, ya las sociedades no se diferencias tanto por sus estilos de gobierno como por sus estilos de consumo, los individuos dejamos de producir nuestra pequeña cuota de producción y dependemos cada vez más de la fabricación de alimentos.

Hemos vivido en 50 años un verdadero cambio ambiental que nos lo demuestran los ríos, los lagos y los cauces de agua cada vez más contaminados. Decía el pensador francés: Pierre Rosevallon “Somos sociedades de consumo, sociedades del desperdicio, ¿cómo volver a sociedades más mesuradas en las que la presión del mercado no sea devoradora? Es necesario empezar a pensar en el largo plazo –dijo–, sólo allí podremos encarar el límite al mercantilismo. La globalización de la desigualdad corroe y enferma a las democracias. Tal vez, lo que no pudieron hacer las revoluciones lo pueda hacer la Ecología: la preocupación por el medio ambiente tiene que considerarse la puerta hacia el cambio de nuestras economías

Un día como hoy pienso en el maestro y amigo Paulino González Villalobos quien ya había avizorado lo que hoy otros han desarrollado a través de escritos; ¡amigo, sigues siendo Luz estés donde estés!



*  Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.

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