7 de noviembre de 2014.-  Sintrajap depone la huelga para negociar con el gobierno. Mi interpretación: tiró la toalla. La cláusula 9.1 permanecerá en su lugar, y con ella lo hará la granjería monopólica a favor de APM Terminals. A cambio de lo cual Sintrajap logrará del gobierno lo que todos los gobiernos dan: promesas de grandes inversiones en Limón, empleos con magníficos salarios hasta para el perro y el gato de cada casa limonense, parques, amenidades sin fin, teatros como los de Broadway y bulevares llenos de árboles y flores como los de París, así como espléndidas avenidas y también parques de ensueño con jardines colgantes como los de Babilonia. Acaso Sintrajap paga así el precio de su debilidad política, de su escasa autoridad moral y su descrédito y deslegitimación. En parte merecidas y en parte resultantes de la fiera campaña antisindical que sistemáticamente se aplica en Costa Rica.


Sintrajap y Japdeva aparte, el tema de fondo es preocupante: el Estado costarricense no debería estar haciendo este tipo de graciosas concesiones monopólicas a ninguna transnacional. Ese es un daño, no para los susodichos sindicato e institución pública,  sino para  Costa Rica entera.  Por  ello  mismo,