Un urbanismo caótico impera en todo el territorio nacional - TicoVisión
Nuestra ciudad capital San José es uno de esos puntos donde un poblado se convirtió en el centro urbano más importante. Sobre el viejo diseño se construyen viviendas, nuevas edificaciones y el espacio se vuelve afuncional...
Un urbanismo caótico
impera en todo el territorio nacional
Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado *
Hemos señalado con alguna insistencia los graves problemas heredados del pasado donde los pobladores se fincaron en lugares inadecuados para poder llevarles los servicios públicos.
Nuestra ciudad capital San José es uno de esos puntos donde un poblado se convirtió en el centro urbano más importante. Sobre el viejo diseño se construyen viviendas, nuevas edificaciones y el espacio se vuelve afuncional, congestionado, abigarrado y carente de estética. La tasita de café en que se encuentra el valle central como lugar privilegiado del asiento de la población costarricense se quebró en mil pedazos; San José quedó desarticulado, mal comunicado, con carreteras trazadas sobre los viejos caminos cafetaleros. De manera que nuestras ciudades en general no son dignas de atraer turismo que venga a valorar la grandiosidad de edificaciones modernas o patrimoniales.
El modelo de asentamiento concentrador además produjo un deterioro en las llamadas “regiones periféricas”, ahí por razones históricas el cabotaje o transporte marítimo llevo a un poblamiento costero muy próximo al mar. Y en otras regiones llevó a la población a la conquista de terrenos de poca accesibilidad.
Hoy ese modelo de poblamiento se convierte en un serio obstáculo para el desarrollo y para la construcción de infraestructura vial; hoy todo el país está poblado, las municipalidades carecen de la fuerza jurídica y los entes gubernamentales son un archipiélago muy extenso que no permite una ocupación racional del paisaje.
Nuestra ciudad capital San José es uno de esos puntos donde un poblado se convirtió en el centro urbano más importante. Sobre el viejo diseño se construyen viviendas, nuevas edificaciones y el espacio se vuelve afuncional, congestionado, abigarrado y carente de estética. La tasita de café en que se encuentra el valle central como lugar privilegiado del asiento de la población costarricense se quebró en mil pedazos; San José quedó desarticulado, mal comunicado, con carreteras trazadas sobre los viejos caminos cafetaleros. De manera que nuestras ciudades en general no son dignas de atraer turismo que venga a valorar la grandiosidad de edificaciones modernas o patrimoniales.
El modelo de asentamiento concentrador además produjo un deterioro en las llamadas “regiones periféricas”, ahí por razones históricas el cabotaje o transporte marítimo llevo a un poblamiento costero muy próximo al mar. Y en otras regiones llevó a la población a la conquista de terrenos de poca accesibilidad.
Hoy ese modelo de poblamiento se convierte en un serio obstáculo para el desarrollo y para la construcción de infraestructura vial; hoy todo el país está poblado, las municipalidades carecen de la fuerza jurídica y los entes gubernamentales son un archipiélago muy extenso que no permite una ocupación racional del paisaje.
En los años 1980, con los grupos viviendistas, el paisaje urbano se llenó de un enjambre de asentamientos de tugurios que ningún gobierno ha podido atender con la prontitud que se requiere.
como relocalización de poblaciones y unificación de un estilo arquitetónico. De manera que de acuerdo a las estaciones ambientales del año, algunas zonas quedarán expuestas a la ausencia de aguas y en la estación lluviosa estarán expuestas a deslaves y crecidas de acequias y cauces de agua.
No obstante, un nuevo estudio del Instituto meteorológico Nacional (IMN) hecho por especialistas serios, ha previsto escenarios a un plazo no tan largo que deberían ser estudiados por académicos y autoridades involucradas en la toma de decisiones sobre el territorio.
Efectivamente para el 2080 y el 3000 se vaticinan escenarios complejos notablemente en las zonas costeras donde producto de la elevación de las aguas sobre sus niveles habituales (por lo menos de 1 metro) causará una destrucción masiva de muchos centros poblados costarricenses localizados en dichas costas.
Todo ello nos lleva a pensar que justamente en nuestro país se requiere una política vigorosa en el campo del ordenamiento Territorial y que se debe ver en el corto, mediano y largo plazo.
De manera que las municipalidades y los ministerios requieran de especialistas en ordenamiento Territorial y que este campo del conocimiento se deberá convertir en una imponderable prioridad que a futuro logre mitigar las afectaciones que traerá el cambio climático y a la vez para proteger el 25% de tierras cubiertas por regímenes de protección. Ya que una fuerte presión demográfica dejará a estas tierras expuestas al asecho de las poblaciones vulnerables que las verán como tierras de expansión.
En las circunstancias actuales algunas poblaciones en la costa Caribe y en el pacifico Norte experimentan acciones de desalojo, pero no solo se trata de sacar la gente, sino de trasladarla a lugares seguros donde puedan desarrollar su vida y ojalá crearles edificios multifamiliares verticales que venzan la saturación de los espacios horizontales.
Así que pensar en ordenar el territorio, es una tarea imprescindible en un país que nunca ha tenido “una visión de futuro”.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
El ordenamiento territorial.
Como especialista en esta materia, conozco lo difícil de poder enrumbar nuestra población y territorio hacia una ocupación racional que genere bienestar a la población y alivie a los gobiernos de turno las grandes inversiones sociales que hay que hacer para erradicar los asentamientos en precario.
Grandes cantidades de población viven en los bordes de ríos y de quebradas, y fuera del valle central en lugares enclaves donde llevar los caminos y servicios básicos se vuelve una odisea que imposibilita atender debidamente estas funciones, las encarecen y a su vez las vuelven vulnerables.
El camino recorrido.
Algo se ha hecho, no es que el tema sea desconocido, pero aún no tenemos una ley de ordenamiento territorial que tenga carácter taxativo que implique intervenciones
Como especialista en esta materia, conozco lo difícil de poder enrumbar nuestra población y territorio hacia una ocupación racional que genere bienestar a la población y alivie a los gobiernos de turno las grandes inversiones sociales que hay que hacer para erradicar los asentamientos en precario.
Grandes cantidades de población viven en los bordes de ríos y de quebradas, y fuera del valle central en lugares enclaves donde llevar los caminos y servicios básicos se vuelve una odisea que imposibilita atender debidamente estas funciones, las encarecen y a su vez las vuelven vulnerables.
El camino recorrido.
Algo se ha hecho, no es que el tema sea desconocido, pero aún no tenemos una ley de ordenamiento territorial que tenga carácter taxativo que implique intervenciones
como relocalización de poblaciones y unificación de un estilo arquitetónico. De manera que de acuerdo a las estaciones ambientales del año, algunas zonas quedarán expuestas a la ausencia de aguas y en la estación lluviosa estarán expuestas a deslaves y crecidas de acequias y cauces de agua.
No obstante, un nuevo estudio del Instituto meteorológico Nacional (IMN) hecho por especialistas serios, ha previsto escenarios a un plazo no tan largo que deberían ser estudiados por académicos y autoridades involucradas en la toma de decisiones sobre el territorio.
Efectivamente para el 2080 y el 3000 se vaticinan escenarios complejos notablemente en las zonas costeras donde producto de la elevación de las aguas sobre sus niveles habituales (por lo menos de 1 metro) causará una destrucción masiva de muchos centros poblados costarricenses localizados en dichas costas.
Todo ello nos lleva a pensar que justamente en nuestro país se requiere una política vigorosa en el campo del ordenamiento Territorial y que se debe ver en el corto, mediano y largo plazo.
De manera que las municipalidades y los ministerios requieran de especialistas en ordenamiento Territorial y que este campo del conocimiento se deberá convertir en una imponderable prioridad que a futuro logre mitigar las afectaciones que traerá el cambio climático y a la vez para proteger el 25% de tierras cubiertas por regímenes de protección. Ya que una fuerte presión demográfica dejará a estas tierras expuestas al asecho de las poblaciones vulnerables que las verán como tierras de expansión.
En las circunstancias actuales algunas poblaciones en la costa Caribe y en el pacifico Norte experimentan acciones de desalojo, pero no solo se trata de sacar la gente, sino de trasladarla a lugares seguros donde puedan desarrollar su vida y ojalá crearles edificios multifamiliares verticales que venzan la saturación de los espacios horizontales.
Así que pensar en ordenar el territorio, es una tarea imprescindible en un país que nunca ha tenido “una visión de futuro”.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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