Marionetas de guantes: por Max Lacayo, Nicaragua - TicoVisión
Escrito en 03/02/15 a 08:21:23 GMT-06:00 Por Administrador
Max Lacayo L.
Los amañados acuerdos petroleros entre Nicaragua y Venezuela dejaron en las manos del presidente inconstitucional de Nicaragua, Daniel Ortega, aproximadamente 500 millones de dólares anuales, desde el 2010 al 2013...

Marionetas de guantes: Nicaragua - TicoVisión


3 de febrero de 2015 | TicoVisión | Redacción: TicoVisión | Ctegoría: Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento




Marionetas de guantes



Por Max Lacayo L. *

Los amañados acuerdos petroleros entre Nicaragua y Venezuela dejaron en las manos del presidente inconstitucional de Nicaragua, Daniel Ortega, aproximadamente 500 millones de dólares anuales, desde el 2010 al 2013.

Dichos acuerdos conceden a Nicaragua un crédito del 50 por ciento de la factura petrolera a un plazo de 25 años y a un interés del 2 por ciento anual. Esto es lo que se conoce truculentamente como “cooperación petrolera venezolana. Mientras Nicaragua crece comprometida con esta deuda a largo plazo, Ortega la derrocha a su discreción para satisfacer sus gustos personales y para pagar los programas populistas de su gobierno.


Dada la estrepitosa caída de los precios internacionales del petróleo, el año 2014 dejó a Ortega con un botín mucho más liviano. Y de estabilizarse los precios actuales en el 2015 la “cooperación” venezolana se reduciría a un mero 25 por ciento de los niveles 2010-2013. Eso asumiendo que Venezuela haga uso de una linterna mágica para continuar otorgando ese tipo de concesiones.

No es sorprendente, pues, ver a Ortega tratando de escarbar hondo en diferentes lugares para compensar esas multimillonarias mermas de petrodólares. Así el pasado 21 de enero, ordenó a su gente reducir la producción de energías eólicas y térmicas (privadas) para darle espacio a mayores importaciones de petróleo venezolano, lo que le daría mayor acceso a los petrodólares provenientes de la “cooperación” del país sudamericano.

Es por eso que con gran pena leo el artículo Una compleja decisión, de José Adán Aguerri, publicado en LA PRENSA el pasado 27 de enero. Aguerri relata que esa orden de reducir la producción energética afectaba a las empresas generadoras de energía eólica y a los ingenios San Antonio y Monte Rosa, lo que provocó el inmediato establecimiento de pláticas entre la Comisión de Energía del Cosep y el ministro de Energía de Ortega para “analizar la situación de manera integral”.

Muy pronto el grupo de especialistas gubernamentales les dieron la explicación de que todo se debía a problemas técnicos. Dificultades que estaban afectando las subestaciones desde el mes de diciembre del año pasado. “Decisiones complejas y de múltiples alcances”, nos dice Aguerri.

Según Aguerri, el Cosep le explicó a los técnicos orteguistas que las empresas eólicas entrarían en bancarrota y que los ingenios no podrían bajar la producción de energía (la cual venden a la distribuidora eléctrica) puesto que el tipo de integración de estas empresas no se los permite. Estas, según Aguerri, al permitir la acumulación del bagazo de caña que quedaría sin quemarse, podría hasta poner en peligro la zafra y en riesgo los empleos de sus trabajadores, etc. Esto es irrisorio. El nivel de sofisticación de estos ingenios es bien conocido.

Lo importante para el Cosep es que desde el podio más alto de este suelo, pretenden hacernos creer sus temas publicitarios de que ellos trabajan en completa armonía con el gobierno del dictador en la búsqueda de soluciones integrales a los problemas nacionales.

No importa con que voz hablen los sectores nicaragüenses que defienden y edifican las estructuras de esta dictadura; siempre lo hacen con razones falsas. En cada caso, el dictador mueve los cuerpos inertes y les da antojadizas dimensiones, carácter y postura.

No es accidente que en Nicaragua exista tanta charlatanería. Así están diseñadas las cosas. Y duele ver a nuestros empresarios y demás líderes haciendo esfuerzos para deslumbrarnos y engañarnos, mientras representan sus tristes realidades y encubren al titiritero que los ha convertido en marionetas de guantes.



*  Por Max Lacayo Lacayo, Nicaragüense: economista, escritor, poeta y crítico literario. Egresado de University of New Orleans.

También publicado en La Prensa de Nicaragua.

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