La influencia de las farmacéuticas está más que probada, pero sobre todo en las "enfermedades" de la mente. Tomemos como ejemplo un niño, al que el profesor les dice a sus padres que no progresa adecuadamente, o no pone atención a sus explicaciones, "con el consiguiente deterioro para su desarrollo intelectual" o la de un joven que por un error en la comunicación con sus padres y el consumo de mariguana, se le diagnostica algún tipo de trastorno mental.

Con toda seguridad, el psiquiatra lo resolverá con alguna que otra pastilla, en el caso del niño es muy probable, que le sea de ayuda en sus tareas, pero no sabemos ni se ha demostrado el beneficio de esas drogas a largo plazo, ya que no conocemos los efectos secundarios, y en el caso del joven se le diagnostica algún tipo de patología al no tener tiempo para el estudio a fondo de su mente, y se le llenará de barbitúricos apelando al bien de su integridad física.

Por  todo lo expuesto llego a la conclusión de que en el fondo, toda esa medicación que se nos receta, no es más que una forma de quitarse un problema, y de paso seguir engordando a esas multinacionales farmacéuticas. Y ya puestos, porque no pensar en que experimentan con nuestra salud mental, puesto que al parecer en cuestiones de la mente, poco o casi nada es lo que conocen. Tan solo tienen conocimiento de lo molesto que pudiera ser ese paciente, y sin más se le suministran drogas para su tranquilidad, y tras unos días de "reposo" se les devuelve al mundo con un diagnóstico que les suele marcar  de por  vida,  sin  pararse a  pensar,  que aquella  persona a la que  se le