Hace 50 años (1960), sicarios de la Dictadura de turno, cegaron la vida de Ajax Delgado López. Una vida,  como la de muchos jóvenes, que no pudieron contribuir al proceso democrático de Nicaragua.

Hoy, con cinco décadas de experiencia y de lucha, seguimos exponiendo a nuestra juventud a la desesperación, en búsqueda de esperanza y oportunidades, ya que los mal llamados caudillos y políticos, solo les ofrecen ejemplos de corrupción y de oportunismo, para seguir destruyendo a la Republica, ya que ni la sangre de los héroes les basta.

Ajax, representa a los cientos de miles de jóvenes traicionados, a los cientos de miles que han seguido en la lucha. No podemos seguir llenando cementerios de juventudes, que deberían estar educándose en búsqueda de un porvenir honesto y respetuoso de sus derechos ciudadanos.