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Tegucigalpa.- La fijación del salario mínimo por parte del Gobierno generó reacciones encontradas entre trabajadores, empresarios y microempresarios. Los empresarios se muestran satisfechos con la determinación de aumentar entre 3% y 7% los salarios de los trabajadores de la empresa privada. Sin embargo, temen que este nuevo ajuste de apenas 386 lempiras, provoque más desempleo y obligue a las empresas a pasarse al sector informal donde operarían en la clandestinidad.

Mientras el empresario Adolfo Facussé afirmó que el incremento “es bastante realista y consecuente” con la situación actual del país, el presidente de la Cámara Hondureña de la Construcción, Alejandro Álvarez, declaró que “el Gobierno lo que hizo fue poner un punto intermedio entre lo propuesto que fue un cinco y un 10%.

Se llegó al siete por ciento con lo cual hay un punto intermedio que no va a satisfacer ni a los emprendedores, ni a la clase de los trabajadores”. El presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, CCIC, Luis Larach, aseveró que aunque la fijación es favorable para la tranquilidad del país es un impacto fuerte para el sector privado.

“Hasta la fecha no hemos podido hacerle frente a salario establecido a finales de 2008. Fue un ajuste de un 62%. Y con este nuevo incremento va a causar más informalidad en el sector empresarial, porque algunos que no puedan hacerle frente van a tener que pasarse al sector microempresarial informal y van a operar en la clandestinidad.

No cuestionamos el monto porque es complicado, pero hay falta de capacidad por parte de los empresarios para hacerle frente. Esta medida afecta también a la pequeña empresa, ya que las pymes de más de 20 trabajadores se verán más presionados a despedir sus trabajadores.

Los empresarios que podemos, debemos hacerle frente y deberíamos hasta pagar más; pero hay que considerar a la microempresa que emplea el 80% de la mano de obra” dijo.

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