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San Salvador.- La crisis financiera que afectó al mundo desde 2008, y que aún se resiente en el país, no ha generado expectativas positivas entre el empresariado nacional, lo cual aún repercute en la demanda de crédito nacional, que sigue cayendo.

De acuerdo con los datos proporcionados por la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa), al tercer trimestre de 2010, la cartera de créditos bruta disminuyó en alrededor de 400 millones; pasando de 8,670 millones de dólares al 30 de septiembre de 2009 a cerca de 8,274 millones en idéntica fecha de este año. Lo anterior refleja que el sector privado no quiere invertir en este momento, o no puede.

Los directores de las instituciones financieras aceptan que los bancos se han vuelto más estrictos a la hora de evaluar a los solicitantes de crédito, y aunque su negocio sea prestar fondos, antes está la protección de los depósitos del público, al menos así lo ha reiterado Abansa.

Lo que pasó la semana pasada, quizá explique un poco porque la demanda de financiamiento ahora es menor: Los empresarios, tanto de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) como de la Cámara de Comercio de El Salvador insistieron en que se debe mejorar el clima de inversión y resolver el problema de la delincuencia para que la economía crezca. De lo contrario, las tasas de crecimiento no permitirán generar los suficientes ingresos que tanto requiere el sector privado, y que son condición necesaria para aumentar la recaudación tributaria.

El mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) se sumó al clamor empresarial afirmando que la falta de inversión es uno de los problemas más apremiantes del país.

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