El hechizo de los gratos recuerdos - TcoVisión
22 de Diciembre de 2010
TicoVisión
Por Celestino González Herreros
Tertulia Villera
EL HECHIZO DE LOS GRATOS RECUERDOS
Cuando nos sentamos entorno a la mesa para comer, que Dios bendiga nuestros alimentos… Lo primero que hacemos es desconectar la TV. ¡Qué grato silencio! Y queramos o no, surgen los comentarios de las incidencias últimas y se hacen los pertinentes comentarios, siempre al terminar la comida, acerca de uno u otro tema… Nos sentimos más integrados a la familia, opción esta tan necesaria hoy día, cuando cada cual va por su sitio, cosechando para sí y viviendo su vida libremente sin preocuparse de los demás y a toda costa evitando involucrarse en problemas ajenos que puedan lesionar sus esquemas preestablecidos… Que ya no existen, al menos para las nuevas generaciones, salvo honrosas excepciones, aquella convivencia fraternal en las familias y entre los amigos. Simplemente, es una forma nueva de vida, sin antagonismos ni ataduras, ello cada vez que se pueda llevar a la práctica.
Después de los frutos, nos quedamos un rato más de sobremesa. Estaba con nosotros una hermana mía, Ana María, cuya memoria es sorprendente. Tiramos de la hebra de la mágica madeja de los recuerdos y nos dejamos llevar por ellos por los queridos atajos de la tierna evocación. Hablando de nuestra infancia y los primeros años de aquella recordada juventud… Es asombroso cómo han cambiado los mismos sentimientos y conducta de las gentes que no ocultan su nueva forma de vida. Nosotros, las mayores, somos los verdaderos sufridores, somos o al menos así lo sentimos, como si fuéramos extraños en nuestro viejo entorno social, cada vez más solos.
Y había que empezar diciendo, que a pesar de sentirnos un tanto ignorados, nos mantenemos firmes; y nuestras convicciones nos han permitido sobreponernos ante los distintos desfases que quieran anularnos para siempre. Cada cual es libre de elegir su camino y vivir como mejor lo desee. Resignadamente, viendo pasar el tiempo, iremos pagando la deuda que debemos a la vida, pero en tanto no llegue ese día fatal, lucharemos y a la vez conservaremos nuestros significativos conceptos éticos, morales y cívicos.
Y había que empezar diciendo, que a pesar de sentirnos un tanto ignorados, nos mantenemos firmes; y nuestras convicciones nos han permitido sobreponernos ante los distintos desfases que quieran anularnos para siempre. Cada cual es libre de elegir su camino y vivir como mejor lo desee. Resignadamente, viendo pasar el tiempo, iremos pagando la deuda que debemos a la vida, pero en tanto no llegue ese día fatal, lucharemos y a la vez conservaremos nuestros significativos conceptos éticos, morales y cívicos.
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