Aunque algunas medidas parecen ser inocuas en su superficie, por ejemplo, auditorías no anunciadas por las autoridades fiscales y relacionadas con sanciones económicas, el efecto acumulativo general parece ser parte de un esfuerzo lento y deliberado por parte del gobierno para desalentar y menoscabar la independencia, credibilidad, y las operaciones de estos grupos y su promoción de los derechos ciudadanos y la libertad.

Las organizaciones no gubernamentales, incluida la tradicionalmente de izquierda Oficina de la Coordinadora Civil, a menudo han sido escogidos en base a una aplicación arbitraria de la ley o falsas acusaciones. Otros, como el de centro-derecha de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), han recibido amenazas de muerte contra miembros de su personal y las familias.

La mayoría de grupos de la sociedad civil respecto del establecimiento de los Consejos del Poder Ciudadano (CPC) en el marco del control central de la rama ejecutiva del FSLN como consecuencia directa de intento de hacer a un lado y, finalmente, sustituir la labor de la sociedad civil en la sociedad.

Estas organizaciones, que representan diversos elementos de la sociedad nicaragüense, comparten una convicción común que la sociedad civil es el único sector viable que puede mantener a Nicaragua en un camino democrático y dejar las aspiraciones autoritarias de Ortega .

Desafortunadamente, la falta clara de orientación sobre la manera de llegar a su destino han perdido muchas oportunidades para hacer realidad su marca. A pesar de que montó una exitosa protesta en contra del CPC en septiembre, no fueron capaces de producir un efecto dominó que inspiró un más amplio movimiento pro-democrático.

Inicialmente galvanizado por venir juntos para oponerse a la usurpación del gobierno sobre los derechos ciudadanos y libertades, la sociedad civil aún no ha demostrado la capacidad o el compromiso de la construcción de cualquier tipo de unificación o alianza de respuesta a los desafíos que enfrenta el país.

Algunas organizaciones, lideres como el Movimiento Por Nicaragua (MPN), se han comprometido a unirse en una coalición, pero a poco a poco en vano. La mayoría de las organizaciones no gubernamentales adolecen de una escasez de recursos y falta de una visión a largo plazo para trabajar de manera proactiva y en concreto, en proyectos sostenibles.

Las divisiones internas, los egos, el liderazgo, las rivalidades y la competencia por recursos de los donantes y los obstáculos de la cooperación internacional también están presentes en la construcción de una alianza cívica a largo plazo. A pesar de las debilidades de Nicaragua, organizaciones de la sociedad civil, sin embargo, siguen siendo una de las mayores fuerzas que trabajan en defensa de espacios democráticos en el país.

El apoyo de la comunidad internacional será crucial si se quiere hacer un impacto, dadas las presiones que enfrentan. Por nuestra parte, hemos iniciado un fondo de 1 millón de dólares  en un programa de pequeñas donaciones para nuestra  democracia civil, estimados amigos de la sociedad. Aquí nos toca ayudar al pueblo de Nicaragua, mejorar la educación, información, las finanzas, el turismo, servicios de salud, la comunicación y prensa digna, si deseamos que el ámbito de la zona cambie para bien y su prosperidad en PAZ y DEMOCRACIA.