Desde Cuba acusan a Costa Rica de tener ''ejército encubierto'' - TicoVisión
Escrito en 07/02/11 a 09:52:55 GMT-06:00 Por Administrador
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Desde Cuba acusan a Costa Rica de tener ''ejército encubierto''

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La nota periodística cubana, firmada por Yeanny González Peña, tuvo amplia difusión en los medios nicaragüenses.

07 de Febrero de 2011
TicoVisión
Redacción



Managua.- Un despacho de la pro castrista agencia cubana de prensa, Prensa Latina, fechado ayer domingo en La Habana, acusa al gobierno de Costa Rica de estar activando un ejército "so pretexto de una presunta invasión de tropas foráneas al territorio nacional".

El ejército de Costa Rica fue abolido constitucionalmente por el caudillo liberacionista (socialdemócrata) José Figueres Ferrer el 1 de diciembre de 1948.

La nota periodística cubana, firmada por Yeanny González Peña, tuvo amplia difusión en los medios nicaragüenses, pues surge en el momento en que Costa Rica y Nicaragua han visto deterioradas sus relaciones bilaterales ante la denunciada invasión de tropas nicaragüenses a territorio tico, conflicto que actualmente enfrenta a ambas naciones ante la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, Holanda.

Al reproducir a continuación la nota periodística de Prensa Latina, no está de mas recordar que en Cuba no existen medios de prensa independientes y que la línea editorial e informativa de los que existen está trazada por el gobierno y el partido Comunista de los hermanos Castro Ruz. En sí, es prácticamente la posición oficial del gobierno cubano, vertida de manera indirecta a través de la prensa.

Costa Rica, el ejército encubierto                    
Por Yeanny González Peña (Prensa Latina *)

La Habana, (PL) La disputa entre Nicaragua y Costa Rica abrió paso al sur de la línea común a la activación del Ejército tico, abolido el 1 de diciembre de 1948, por el entonces presidente José Figueres Ferrer.

El anuncio del gobierno de reactivar la Policía de Fronteras, so pretexto de una presunta invasión de tropas foráneas al territorio nacional, despertó de inmediato la alerta entre quienes aún justifican la "eterna vocación de paz" del otrora paraíso centroamericano.

El nuevo cuerpo policial, equipado, armado y con funciones estrictamente castrenses, se conformó con miembro de la Unidad de Montaña y un grupo de militares entrenados, "para cumplir los objetivos y tener un efecto disuasorio en caso de nuevas violaciones al territorio por parte de Nicaragua", declaró el ministro de Seguridad, José María Tijerino.

Para quienes niegan la existencia de un ejército en la nación, las palabras del funcionario ponen en duda la veracidad de ese hecho, y hacen sumir a muchos en la nostalgia de un pasado de paz.

Según declaraciones del propio Tijerino, los uniformados harán "pensar dos veces a cualquier persona que quisiera tomar el control del río (Colorado)", en respuesta a la solicitud del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, de navegarlo mientras se ejecutan los trabajos de limpieza del San Juan.

La inexistencia de la fuerza armada es un argumento repetido hasta el cansancio por los costarricenses, pero en la práctica es notorio que existe y cumple un rol siniestro.

Ello se evidencia en los grupos que reprimieron a la propia población tica en la lucha contra la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y República Dominicana hace cinco años.

Costa Rica, al carecer en teoría de ejército regular, echó mano a la militarización de sus organismos policiales para asegurar el control de la política interna, confirma un decreto ejecutivo publicado en la Gaceta No. 161 de agosto de 2006, que avala la instalación aquí de fábricas de armamentos.

En los oscuros años en que la Escuela de las Américas estaba ubicada en Panamá, donde generaciones de militares latinoamericanos se entrenaron en lucha antiguerrillera, operaciones de inteligencia y métodos de tortura, no faltaron las fuerzas costarricenses para aprender a reprimir eficientemente.

Las disputas por la posesión de la tierra, las crecientes desigualdades entre pobres y ricos, y los diferendos fronterizos siguen siendo tan reales como siempre, si no más, como consecuencia de las políticas neoliberales recetadas por Washington a la región.

Es así que hoy día, estadísticas oficiales indican que Costa Rica gasta cada año en sus fuerzas de seguridad, armadas con material bélico sofisticado, más de 204 millones de dólares, cinco veces más que lo utilizado por Nicaragua para sostener su Ejército.

Conflicto de límites

Desde octubre de 2010 los dos países centroamericanos mantienen un conflicto limítrofe en la zona del litoral atlántico que ambos comparten.

El problema, mirado desde fuera, es casi intrascendente: Nicaragua pretende dragar el brazo del río San Juan que desemboca en el Atlántico por su territorio, lo cual es necesario para que resulte navegable, pero su vecino se opone.

Mucho tiempo atrás, Costa Rica dragó su propio brazo de la vía fluvial, denominado Río Colorado, y a consecuencia de ello el 90 por ciento de las aguas del San Juan se han desviado por el lado sur.

Estudios realizados por expertos ticos decidieron que los trabajos actuales en el San Juan sólo restarían un dieciséis por ciento de caudal al Colorado, lo cual difícilmente pudiera ocasionar algún perjuicio al país.

Pero el gobierno de San José utilizó el hecho de que Managua comenzara con la actividad de dragado para iniciar una teatral campaña de acusaciones de violación de su soberanía, denunció por su parte una publicación nicaragüense titulada Las verdades que Costa Rica oculta.

En efecto, denunciaron que las acciones nicaragüenses destruyen el medio ambiente en los humedales de Costa Rica, que tropas extranjeras han invadido el territorio nacional, que los campesinos de la zona sufren atropellos a causa de dicha invasión.

La campaña se lleva en varios frentes: el interno, donde la xenofobia de algunos sectores de la población tica se utiliza en contra de sus vecinos, y el externo, llevando el conflicto a la OEA, la Corte Internacional de Justicia de la Haya y amenazando con llegar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Un antiguo diferendo

El conflicto por el control del río San Juan y el acceso al Lago de Nicaragua no es nuevo, data de más de 150 años.

La triste historia de la invasión de Nicaragua por parte del filibustero estadounidense William Walker, autoproclamado "presidente" de ese país en 1856, llevó a que dicha nación tuviera que combatir para liberarse del usurpador, y en dicha lucha tuviese el auxilio de su vecino.

La ayuda de Costa Rica no fue desinteresada, de hecho sus tropas ocuparon los departamentos del sur de Nicaragua (Guanacaste y Nicoya), y se adueñaron de ellos.

El objetivo final detrás del avance hacia el norte era la posible construcción de un canal interoceánico, utilizando el río y el lago tan codiciados, por el potencial valor económico de la zona disputada.

Nicaragua nunca pudo recuperar sus territorios, pero conservó el acceso exclusivo al lago y a la mayor parte del recorrido del río, con excepción del afluente del sur, el Colorado.

El desvío de las aguas hacia el sur, a consecuencia de los trabajos de dragado efectuados por Costa Rica, han dejado a los nicaragüenses sin una vía navegable para salir al Atlántico.

Esa la situación la intenta corregir con los trabajos actuales sobre el brazo norte de desagüe del río, explicó el presidente Daniel Ortega en respuesta a las acusaciones de su homóloga Laura Chinchilla.

La presencia nicaragüense en las inmediaciones de la frontera es legítima según centenarios arbitrajes limítrofes (el Tratado Jeréz-Cañas, los laudos Cleveland y Alexander y la Sentencia de la CIJ del 13 de julio de 2009).

El conflicto binacional también desvía la atención pública respecto a la antipática estancia de tropas estadounidenses en Costa Rica, que arribaron con la presunta misión de ayudar a combatir al narcotráfico, indicó un recurso presentado ante el Congreso por el diputado y ex candidato presidencial Luis Fishman, opuesto al Convenio de patrullaje avalado por la Ley 7929.

La norma legal aprobada por el gobierno del ex presidente Oscar Arias no sólo le abrió camino al Pentágono para entrar a la nación y patrullar sus aguas jurisdiccionales, sino que garantizó total impunidad a las tropas estadounidenses.

Todo esto ocurre desde el anterior gobierno tico y ya hasta se han establecido en el territorio filiales del complejo militar-industrial estadounidense, denunciaron reportes de prensa locales.

La cordura como único camino razonable

Managua ha expresado continuamente que no desea involucrase en una aventura peligrosa con tropas moviéndose más allá de sus fronteras y continúa invitando al diálogo a San José.

Actualmente, representantes de ambos gobiernos acaban de dar en México un importante paso en el camino hacia una solución dialogada y pacífica del diferendo fronterizo, que mantiene paralizado el proceso de integración regional.

Casi seguramente la cordura se impondrá y no correrá sangre, pero costará mucho trabajo revertir el daño causado a las relaciones bilaterales y superar la desconfianza mutua generada entre las poblaciones de esos países.

(*) La autora es periodista de la Redacción Centroamérica y Caribe de Prensa Latina.




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