A mi querida Ministra de Salud - TicoVisión
Escrito en 30/08/11 a 10:27:33 GMT-06:00 Por Administrador
Opinión-Análisis
¿Con qué voz se despide un hombre de una compañera, al final de una larga jornada de trabajo?

A mi querida Ministra de Salud - TicoVisión


30 de Agosto de 2011 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento



A mi querida Ministra de Salud


Por Óscar Arias Sánchez

Dr. Óscar Arias Sánchez     |     Dra. María Luisa Ávila
Cuando uno teje sus días en las trenzas de la política, es difícil conocer en qué medida las decisiones públicas pueden incidir en su vida personal. Uno impulsa cambios que considera necesarios para el país, y al final del camino, esos cambios pueden ser la causa de alegrías y de infortunios en su esfera privada. Cuando inicié mi segunda Administración le pedí a la Dra. María Luisa Ávila que me acompañara en una tarea que parecía improbable: la de que juntos recuperáramos  el rumbo y la ruta que el país había perdido. Le tengo a María Luisa una inmensa gratitud por haber creído en el reto al que la invité a participar. Luchamos juntos por el ideal de tener una Costa Rica más próspera y más justa. Siempre viviré eternamente agradecido con ella por la confianza y la amistad que me brindó.

Es el Gobierno el que pierde cuando se va una persona honesta y capaz.
Cuando asumió el Ministerio de Salud en mi administración,  el campo de la salud caminó al doble del ritmo que por años había caminado.  Por cada paso que dimos en la lucha contra la pobreza, creo que dimos dos en la lucha contra la desnutrición.  Por cada paso que dimos en la reducción de la pobreza, creo que dimos dos en la reducción de la mortalidad infantil. Por cada paso que dimos en la dirección del desarrollo, creo que dimos dos en un mayor avance en el campo de la salud.  En este campo dimos pasos agigantados y eso lo debemos, no me cabe la menor duda, a la doctora María Luisa Ávila, quien simboliza el talento y la capacidad de las nuevas generaciones de profesionales en salud que diariamente operan milagros en el Ministerio de Salud.

El lenguaje oral es un puente que une a los seres humanos. Pero es un puente de hamaca inseguro y vacilante. Le faltan tablas en el fondo y cables en los lados. Se mueve en un danzón amenazante y a cada rato intenta lanzarnos al agua helada del silencio. Cuando le digo a mi amiga, a mi Ministra, “gracias por haberme acompañado en mi gabinete”, quisiera decir mucho más que eso, pero al expresar en palabras la gratitud siempre se cercena un sentimiento que va mucho más allá.

¿Con qué voz se despide un hombre de una compañera, al final de una larga jornada de trabajo? ¿Con qué palabras le agradece, por cuál nombre la llama, con qué adjetivos se refiere a ella después de que la historia compartida se acaba? Los anglosajones se despiden diciendo good-bye, “buen adiós”. Y quizás sea importante calificar las despedidas. Algunos adioses están teñidos de amargura, de dolor y desencanto. Otros, en cambio, son adioses cargados de gratitud, de satisfacción y de esperanza. Como un costarricense más, así es mi despedida el día de hoy: un buen adiós desde el final del largo camino que juntos hemos recorrido. Un buen adiós que emana de un corazón satisfecho. Un buen adiós a la Ministra de Salud, María Luisa Ávila,  un estandarte de bondad, de valentía y de firmeza a lo largo de los años que trabajó para el Gobierno de la República.




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