Nicaragua y carretera fronteriza: ARGUMENTOS DE PACOTILLA - TicoVisión 
Si hubiéramos tenido un presidente con visión de progreso, que se le hubiera ocurrido construir una carretera en la margen izquierda del rio, se hubiera colonizado esa tierra virgen e improductiva
20 de Diciembre de 2011 | TicoVisión | Redacción - | Ambientales | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Por Jorge J Cuadra V
Analista Internacional
Para TicoVisión
“Costa Rica no tiene por qué darle ninguna explicación al Gobierno de Nicaragua,” dijo Laura Chinchilla, Presidenta de Costa Rica con respecto a la carretera que están construyendo en su territorio. Afirmación taxativa contra la que se estrellan los argumentos infantiles que esgrimen los que se han encargado de luchar una guerra perdida, porque nada es tan cierto, como el respeto a la integridad territorial de cada país.
Carretera significa progreso, significa desarrollo, significa riqueza, cultura, vida útil. Si hay zonas despobladas y atrasadas, es por falta de redes de comunicación adecuadas para hacer un uso razonable de los recursos naturales que Dios nos regaló.
Con todo el respeto que se merece el científico, Jaime Incer Barquero, sus argumentos en contra de la construcción de la carretera de la discordia en territorio tico, no son dignos de su sapiencia.
Entre la gama de razones por las cuales Costa Rica no debe construir su carretera paralela al rio, según nuestro famoso astrólogo, destacan las siguientes;
El lodo producto del movimiento de tierra que se precipita a las aguas del Río San Juan durante su construcción, va a aterrar el
Con todo el respeto que se merece el científico, Jaime Incer Barquero, sus argumentos en contra de la construcción de la carretera de la discordia en territorio tico, no son dignos de su sapiencia.
Entre la gama de razones por las cuales Costa Rica no debe construir su carretera paralela al rio, según nuestro famoso astrólogo, destacan las siguientes;
El lodo producto del movimiento de tierra que se precipita a las aguas del Río San Juan durante su construcción, va a aterrar el
rio. Basta decir que el lodo es propio del proceso de construcción y que después desaparece, para que esa razón quede derrotada. Una vez la carretera terminada y en uso, el trabajo que hay que hacer es encauzar las aguas de la tierra aledaña a la vía de comunicación.
La fauna marina se va a afectar y se van a terminar los camarones de rio y el guapote. Ese resultado es poco probable, pero si se diera, no estamos perdiendo ningún rubro importante de exportación, ya que los mencionados habitantes del rio, son de consumo domiciliar y parte del folklore culinario de la zona.
Van a terminar con el rio, dicen con una candidez alarmante los miembros del batallón de ambientalistas que defienden el medio ambiente. ¿Y entonces qué pasó con el Amazonas, con el Mississippi, con el Rin, con el Danubio y con muchos ríos que pasan por una cantidad de países llevando progreso y sus caudales están como en el principio de los tiempos?
Doña Laura Chinchilla sale triunfante ante los argumentos del maestro Ïncer, porque el derecho de cada país de hacer lo que más le conviene a su pueblo, es más auténtico que la tragedia de no comer camarones de rio al ajío y guapotes entomatados.
Si hubiéramos tenido un presidente con visión de progreso, que se le hubiera ocurrido construir una carretera en la margen izquierda del rio, se hubiera colonizado esa tierra virgen e improductiva, pero las neuronas de nuestros políticos no dan para tanto y los ribereños se tienen que conformar con vivir en el olvido, viendo fluir el majestuoso San Juan desde sus insalubres favelas sobre inseguros zancos, que no han cambiado desde cuando las naves de la marina de guerra inglesa quisieron adueñarse de Granada y fueron detenidos en el fuerte del Castillo.
Los habitantes de las riberas merecen un mejor nivel de vida y si Nicaragua no ha sido capaz de dárselo, dejemos que Costa Rica lo haga con su carretera de 120 kilómetros, que a la larga los nicaragüenses nos vamos a beneficiar de ella.
No se preocupen por el rio, porque seguirá llevando sus aguas hacia el mar Caribe, ni por los camarones y los guapotes porque continuarán deleitando el paladar de los propios y los ajenos. La civilización demanda la alteración de ciertos sistemas, pero la vida sigue y se mejora y se logra el bienestar de los ciudadanos.
La fauna marina se va a afectar y se van a terminar los camarones de rio y el guapote. Ese resultado es poco probable, pero si se diera, no estamos perdiendo ningún rubro importante de exportación, ya que los mencionados habitantes del rio, son de consumo domiciliar y parte del folklore culinario de la zona.
Van a terminar con el rio, dicen con una candidez alarmante los miembros del batallón de ambientalistas que defienden el medio ambiente. ¿Y entonces qué pasó con el Amazonas, con el Mississippi, con el Rin, con el Danubio y con muchos ríos que pasan por una cantidad de países llevando progreso y sus caudales están como en el principio de los tiempos?
Doña Laura Chinchilla sale triunfante ante los argumentos del maestro Ïncer, porque el derecho de cada país de hacer lo que más le conviene a su pueblo, es más auténtico que la tragedia de no comer camarones de rio al ajío y guapotes entomatados.
Si hubiéramos tenido un presidente con visión de progreso, que se le hubiera ocurrido construir una carretera en la margen izquierda del rio, se hubiera colonizado esa tierra virgen e improductiva, pero las neuronas de nuestros políticos no dan para tanto y los ribereños se tienen que conformar con vivir en el olvido, viendo fluir el majestuoso San Juan desde sus insalubres favelas sobre inseguros zancos, que no han cambiado desde cuando las naves de la marina de guerra inglesa quisieron adueñarse de Granada y fueron detenidos en el fuerte del Castillo.
Los habitantes de las riberas merecen un mejor nivel de vida y si Nicaragua no ha sido capaz de dárselo, dejemos que Costa Rica lo haga con su carretera de 120 kilómetros, que a la larga los nicaragüenses nos vamos a beneficiar de ella.
No se preocupen por el rio, porque seguirá llevando sus aguas hacia el mar Caribe, ni por los camarones y los guapotes porque continuarán deleitando el paladar de los propios y los ajenos. La civilización demanda la alteración de ciertos sistemas, pero la vida sigue y se mejora y se logra el bienestar de los ciudadanos.
Comentarios de este artículo:
Que antiecologista este Jorge Pero peroLos Comentarios son responsabilidad de los que lo publican, por lo tanto no nos haremos responsables de su contenido.