Nicaragua: ¡Es dictadura!, y tiene colmillos - TicoVisión
Escrito en 20/01/12 a 17:32:43 GMT-06:00 Por Administrador
Opinión-Análisis
En efecto, el régimen de Daniel ortega es una dictadura, dictadura a secas, sin apellido, ni blando, ni light, ni de baja intensidad, ni institucional.

Nicaragua: ¡Es dictadura!, y tiene colmillos - TicoVisión


20 de Enero del 2012 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento



¡Es dictadura!, y tiene colmillos



Por Juan Ramón Flores

A pesar de la brutalidad con que en materia legal ha venido actuando el régimen, obligando a magistrados a actuar como sicarios, a ponerlos en vergüenza obligándolos a torcer la constitución hasta que se ajuste a sus caprichos; a pesar de que dicta decretos que se pasan llevando leyes ordinarias, e incluso constitucionales; a pesar de que recurrió a los mas bajos instintos para robarse las elecciones del 2011 delante de todo mundo, a pesar de eso y muchos mas, hay aun quienes se resisten a creer que estamos bajo un régimen dictatorial. Quizás sea natural que quienes se benefician de las dictaduras crean que en efecto estas no son lo que dicen sus adversarios, a fin de cuenta, los funcionarios somocistas y sus allegados jamás aceptaron que vivían bajo un régimen dictatorial, igual, quienes éramos unos jovencitos en los años ochenta no podí¬amos entender que el gobierno revolucionario era dictatorial.

En efecto, el régimen de Daniel ortega es una dictadura, dictadura a secas, sin apellido, ni blando, ni light, ni de baja intensidad, ni institucional. Sin embargo,

debo de admitir que no es una dictadura cualquiera, pues tiene la sutil brutalidad de utilizar con maestría los resortes de poder para amedrentar mediante la telaraña jurídica a quienes intentan hacer oposición firme por las vías legales; digo legales, porque a quienes lo intentan hacer por las vías ilegales le pasa lo de Jahob o Pablo Negro.

Pero hay que destacar que el régimen actual es una dictadura, pero no una dictadura cualquiera, pues tiene colmillos y son grandes, controla todos los órganos de poder: una asamblea nacional con diputados producto de la rapiña electoral, una Corte Suprema de Justicia para meter preso e inventarle causas a quien desee, un consejo supremo electoral poblado de zombis donde ya no queda ningún funcionario con autoestima sin pisotear, una contraloría para asegurar sus robos y perseguir adversarios con cargos estatales (fontanería y lavandería juntos), una policía cada vez mas partidarizada para asegurar tranquilidad a la familia gobernante y un ejercito que cada vez y con mas frecuencia olvida que el respeto a la institucionalidad es lo único que lo hace existir, y para asegurar el candado la dictadura dispone de una fiscalía que sirve para adecuarle procesos y para frenar cualquier acusación de sus abusos.

Pero eso no es todo, para asegurarse respaldo “popular”, cuenta con más de 400 millones de dólares al año provenientes de las transacciones petroleras de Venezuela que se roba, porque la ley 550, ley de administración financiera y régimen presupuestario exige que dichos fondos se canalicen por el presupuesto general de la república y no lo hace. Este dinero sirve en parte (la parte que no va para los negocios de la familia gobernante) para movilizaciones, propaganda, publicidad, guaro, nacatamales y otras acciones asistencialistas y de mendicidad a las que sus funcionarios y allegados le llaman “programas sociales” dirigidos con todo cálculo y medida a sus bases partidarias, donde estas ayudas sirven como incentivo para asegurarse una cantera de muchachos a quienes utiliza como grupos de choque, pandillas y paramilitares en algunos casos coordinados directamente por oficiales de la policía y protegidos por esta para evitar que la población se defienda.

Y para intentar legitimar y justificar su brutalidad, la dictadura dispone a su antojo de los recursos del erario publico para pagar a los medios de comunicaciones de la familia para presentar como “logros” lo que es obligación de todo gobierno hacer con fondos públicos (entrega de láminas de zinc, títulos de propiedad, etc.), para tergiversar lo sucio, ocultar y encubrir lo feo y maquillar las torpezas y mediocridades. Pero todo se acaba, y como ocurre siempre, las dictaduras se ahorcan con su propia soga, ningún régimen dictatorial es auto sostenible, justamente porque descansa en el voluntarismo. ¿Qué es el voluntarismo?, que el burócrata de turno haga lo que le ronque, esa es la principal característica de un dictador, imponer su voluntad.




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