Maceo en Costa Rica. Pistola regresa a Cuba después de 100 años - TicoVisión
Escrito en 14/03/12 a 09:06:29 GMT-06:00 Por Administrador
Sociales - Religión
Temerario y audaz supo esquivar la muerte en múltiples ocasiones, acumulando en su mochila de soldado acciones triunfales como la invasión de Oriente a Occidente

Maceo en Costa Rica. Pistola regresa a Cuba después de 100 años - TicoVisión


14 de Marzo del 2012 | TicoVisión | Redacción - PL | Sociales / Historia | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento



Maceo en Costa Rica.
Pistola regresa a Cuba después de 100 años



Por Nubia Piqueras Grosso *

La Habana, Sábado 10 de noviembre de 1894: varios disparos rompieron aquella tranquila noche, en la que agentes españoles intentaron ultimar al patriota cubano Antonio Maceo cuando salía del teatro de Variedades de San José, en la capital de Costa Rica.

Cuando el agresor se disponía a rematarlo, su edecán, Enrique Loynaz del Castillo, lo derribó de un balazo, y días después tuvo que huir en un barco rumbo a Nueva Orleáns debido al revuelo por tal hecho en la comunidad española asentada en la ciudad.

Pese a la ayuda de amigos cubanos y latinoamericanos, quienes impidieron concretar el asesinato, el mayor general del Ejército Libertador de la isla resultó herido y más tarde detenido, momento en que un policía tico le incautó su pistola, la cual guardó como una reliquia.

Tras 118 años de pasar de generación en generación, el arma será entregada a Cuba por el ministro costarricense de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, René Castro, cuya familia ha custodiado la pieza por más de un siglo, según anunció la embajada de esa nación centroamericana en Cuba.

De esta manera se cerrará un capítulo, tal vez poco conocido, sobre esta legendaria figura que protagonizó varias hazañas en el largo camino por lograr la definitiva independencia y soberanía de la mayor isla de las Antillas.

Maceo en Costa Rica

Documentos de Inteligencia españoles revelan cómo la metrópoli trató, por todos los medios, de resquebrajar la firmeza de Maceo, al punto de atentar tres veces contra su vida durante el tiempo que permaneció en Costa Rica (1891-1895), uno de los países que lo acogió en su exilio después de la Protesta de Baraguá.
El General Antonio de la Caridad Maceo y Grajales. (Santiago de Cuba, 14 de junio de 1845 - Punta Brava, 7 de diciembre de 1896) fue el segundo Jefe Militar del Ejército Libertador de Cuba. Conocido como «El Titán de Bronce»

En ese encuentro, protagonizado el 15 de marzo de 1878 frente al General español Arsenio Martínez Campos, en Mangos de Baraguá, actual provincia oriental de Santiago de Cuba, el caudillo se negó a aceptar un pacto que pondría fin a la primera guerra de independencia sin tener en cuenta la abolición de la esclavitud.

Textos confidenciales inéditos, localizados por el investigador Raúl Rodríguez La O en los pliegos 4822 y 4829 de la Sección de Gobierno del Fondo de Ultramar del Archivo Histórico Nacional de Madrid, España, develan que el objetivo de los colonialistas españoles era bien preciso: alejar de las costas cubanas a los más aguerridos y significativos jefes independentistas.

A principios de 1891, Maceo se trasladó a San José de Costa Rica con el propósito de constituir una colonia agrícola integrada por cubanos, en el litoral atlántico, y crear ahí una base de operaciones para sus actividades revolucionarias.

Sin embargo, representantes diplomáticos españoles en ese país presionaron para que al General mambí se le concediera un terreno más distante de las costas cubanas, al tiempo que redoblaron el espionaje sobre su persona, según reflejan documentos históricos.

"Si los propósitos de éste fuesen en realidad de fundar y desenvolver una Colonia agrícola, deberíamos felicitarnos por vernos libres de la amenaza que, para la paz de esta Isla, constituye un hombre de las condiciones y de la tenacidad de Maceo", reza en uno de los documentos españoles encontrados por Rodríguez La O.

Luego de muchas presiones, chantajes y sobornos, Maceo llegó a la Península de Nicoya, y se estableció en un paraje ubicado entre el golfo de igual nombre y la costa del Pacífico, lo que obstaculizó sus fines patrióticos, tomando en cuenta la lejanía de la ribera caribeña y las difíciles comunicaciones terrestres de la época.

La asignación de aquellas tierras fue autorizada por el gobierno costarricense, bajo la presidencia de José Joaquín Rodríguez, con rigurosos condicionamientos sobre las características de las familias cubanas que se asentarían en el lugar y los cultivos a desarrollar. Para ello Maceo recibió ayuda gubernamental, incluidos presupuestos, algunos recursos para comenzar los trabajos y la concesión de los permisos correspondientes.

Asimismo se establecieron atenciones a la salud y educación, con la finalidad de desarrollar La Mansión (nombre de la colonia) y los lugares aledaños, ubicados en la provincia de Guanacaste.

Estos elementos están plasmados en el acuerdo firmado por el gobierno de Costa Rica y el general cubano, quien se comprometió al asentamiento de unas 100 familias cubanas para dedicarse a la siembra de plátano, frijoles, cacao, yuca, maíz, café y caña de azúcar. Además desarrolló otras industrias para la manutención de las colonias, según consta en documentos recogidos en el libro Antonio Maceo y La Mansión de Nicoya.

El poblado se fundó en 1891, convirtiéndose en el segundo distrito del cantón. Sus integrantes eran personas procedentes de diferentes capas sociales, encabezados por exiliados participantes en la guerra de 1868, quienes buscaban un lugar donde preparar su retorno al país para continuar la guerra contra el colonialismo español.

En abril de 1895, la mayoría de los cubanos residentes en esa colonia mambisa fueron llamados a la guerra decisiva por la independencia cubana, y desde puerto Limón, en el Caribe costarricense, partieron hacia Baracoa, en el extremo oriental de Cuba.

Actualmente los lugareños veneran e inmortalizan el paso por esas tierras de aquel cubano valiente, y así lo consta la conservación de un monumento tallado en bronce con la imagen del guerrero y la escuela local que lleva su nombre.

Investigaciones actuales

Los costarricenses me explicaron muchas cosas relacionadas con ese punto de la geografía centroamericana que se asemeja en algunos aspectos a Majaguabo, la tierra natal de Maceo, ubicada muy cerca de Santiago de Cuba, comentó en una reciente entrevista el director de la Biblioteca Nacional de Cuba, doctor Eduardo Torres Cuevas, tras su primera visita a Nicoya.

"Crea así un ambiente rural muy parecido al de su niñez, adolescencia y juventud, donde el amor al trabajo, a la naturaleza, al hombre que se hace con su propio esfuerzo, da lugar a una comunidad
productiva y extraordinariamente unida, al punto que hoy los descendientes, nietos y bisnietos de aquellos mambises siguen recordando a Antonio Maceo como un padre fundador".

El tesón con que trabajaron la tierra los patriotas cubanos reunidos allí, entre ellos José Maceo, Flor Crombet y Agustín Cebreco, hicieron de aquel lugar improductivo una próspera colonia agrícola que motivó un elogioso artículo del apóstol José Martí en su periódico Patria, correspondiente al 6 de octubre de 1893.

Durante su estancia en tierras ticas, El Titán de Bronce recibió en dos ocasiones la visita de Martí para coordinar con él, en su condición de Delegado del Partido Revolucionario Cubano, los planes para la última guerra independentista (1895).

En 1894, Maceo no sólo tomó la decisión de liquidar sus negocios en Costa Rica para marchar a Cuba e iniciar una nueva etapa de la guerra de liberación, sino que le retiró el apoyo al Presidente de la República y sus partidarios al tomar distancia en la política interna del país, por lo cual también perdió la ayuda de ellos.

En territorio costarricense, el mayor general del Ejército Libertador cubano también recibió la triste noticia del fallecimiento de una hermana y de su madre Mariana Grajales, ocurrida en Kingston, Jamaica, el 23 de noviembre de 1893.

Pese "a las más fuertes y tempestuosas emociones de dolor y tristeza que produce la desaparición de seres tan amados en tierra extraña", como le escribiera a su amigo Martí en carta fechada el 12 de enero de 1894; desde la nación centroamericana salió, un año después, una expedición independentista rumbo a Cuba comandada por el general Antonio Maceo.

Temerario y audaz supo esquivar la muerte en múltiples ocasiones, acumulando en su mochila de soldado acciones triunfales como la invasión de Oriente a Occidente; sin embargo, en San Pedro de Punta Brava, una finca cercana a la capital cubana, protagonizó su última batalla el 7 de diciembre de 1896.




*Periodista de la Redacción Cultural de Prensa Latina.




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