Nicaragua: ¿Qué principios humanos profesó Tomás Borge Martínez? - TicoVisión  
Escrito en 03/05/12 a 00:45:43 GMT-06:00 Por Administrador
Opinión-Análisis
¿Será un acto de arrepentimiento tardío de Tomás Borge Martínez, su deseo que sus restos mortales sean sepultados al lado del que denunció a las patrullas de la Guardia Nacional de Nicaragua, Carlos Fonseca Amador?

¿Qué principios humanos profesó Tomás Borge Martínez? - TicoVisión


03 de Mayo del 2012 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento



¿Cuáles fueron los principios
humanos de Tomás Borge Martínez?



Por Roberto Escobedo Caicedo

Tomás Borge Martínez, el único de los sobrevivientes fundadores del FSLN, entregó recientemente su alma al Creador del Universo. Los ex miembros del Ministerio del Interior (MINT) que le sobreviven, le están rindiendo honores post mortem. El gobierno de Ortega Saavedra ha ordenado duelo nacional por el término de tres días, durante los cuales los empleados públicos y los miembros del aparato represivo del orteguismo, todos los cuales han sido carnetizados a la fuerza como militantes del FSLN, desfilan por su féretro expuesto en el Palacio Nacional. Caras tristes, que solamente falta que lloren con el lanzamiento de unas cuantas granadas lacrimógenas, como ocurrió con el caso del dictador dominicano, Rafael Leónidas Trujillo Molina, cuando sus restos estuvieron expuestos en capilla ardiente.

Los medios escritos, hablados y televisados, lo presentan como el miembro más radical de la facción Guerra Popular Prolongada (GPP) del FSLN, atribuyéndole virtudes que nunca tuvo. Pero sorprende sobremanera que una de sus hijas pidiera que lo recuerden como un ser profundamente humano, caracterizado por hacer el bien a sus semejantes. Sólo faltó que lo recordaran como una especie de delicia del género humano, muerto en olor de santidad. Otros dicen que fue un revolucionario hasta el último día de su existencia.

Borge Martínez era un cobarde que nunca se enfrentó con ninguna de las patrullas de la Guardia Nacional de Nicaragua. Recordemos cuando asesinó a mansalva a un Teniente G.N. en la Colonia Centroamérica. En el libro, "Nicaragua en la Conspiración del Silencio", considerado el que mejor narra todos los crímenes de lesa humanidad cometidos por los jefes del FSLN, después de ese asesinato se corrió sobre la Carretera a Masaya, buscando la ciudad de Managua, hasta que llegó a la Farmacia "Minerva". En ese lugar encañonó al propietario de un automóvil que se preparaba para ponerlo en marcha, le ordenó bajarse y que le entregara las llaves. Pero pasó en ese momento una patrulla de la Jefatura de Tránsito al mando del Teniente Obregón  (Popeye), el que apuntándolo con su fusil AR-15, lo obligó a dejar la pistola en el techo del vehículo y comenzó a gritar: "No me maten, soy más útil vivo que muerto".
Tomás Borge Martínez, foto tomada el 26 de Julio de 1979 por Patrick Chauvel. Entonces, poco después del trinfo de la revoluciión, el formaba parte de la Junta.

Los vecinos declararon al Teniente Obregón que se trataba de un ladrón y como no andaban esposas, lo amarraron con un mecate suministrado por uno de los que presenciaban el hecho. Ningún miembro de la patrulla lo conocía ni siquiera por fotografías, por lo que se imaginaron se trataba de un vulgar asaltante. Emprendieron viaje de regreso al Cuartel de la Jefatura de Tránsito, ubicada en ese entonces en el Palacio Nacional. Cuando se preparaban a ubicarlo en una de las celdas, recibieron la orden de trasladarlo de inmediato a la antigua Central de Policía de Managua. Cuando procedían a fotografiarlo y tomarle las huellas digitales, recibieron instrucciones de llevarlo a las instalaciones de la Oficina de Seguridad Nacional (O.S.N.), Loma de Tiscapa, donde ninguno de los que estaban de turno lo conocía y ni siquiera tenían su ficha delictiva, por lo que mandaron a traer al encargado de los archivos que vivía en la Colonia "14 de Septiembre". Mientras tanto y como creía que lo ejecutarían, cantaba como un canario, revelando las ubicaciones de varias casas de seguridad, donde pernoctaban miembros del Frente Interno de la ciudad de Managua.

Los vecinos declararon al Teniente Obregón que se trataba de un ladrón y como no andaban esposas, lo amarraron con un mecate suministrado por uno de los que presenciaban el hecho. Ningún miembro de la patrulla lo conocía ni siquiera por fotografías, por lo que se imaginaron se trataba de un vulgar asaltante. Emprendieron viaje de regreso al Cuartel de la Jefatura de Tránsito, ubicada en ese entonces en el Palacio Nacional. Cuando se preparaban a ubicarlo en una de las celdas, recibieron la orden de trasladarlo de inmediato a la antigua Central de Policía de Managua. Cuando procedían a fotografiarlo y tomarle las huellas digitales, recibieron instrucciones de llevarlo a las instalaciones de la Oficina de Seguridad Nacional (O.S.N.), Loma de Tiscapa, donde ninguno de los que estaban de turno lo conocía y ni siquiera tenían su ficha delictiva, por lo que mandaron a traer al encargado de los archivos que vivía en la Colonia "14 de Septiembre". Mientras tanto y como creía que lo ejecutarían, cantaba como un canario, revelando las ubicaciones de varias casas de seguridad, donde pernoctaban miembros del Frente Interno de la ciudad de Managua.

Cuando llegó el encargado de los archivos, lo identificó inmediatamente como Tomás Borge Martínez. Al rato llegó el General G.N., José R. Somoza, el que se comunicó de inmediato con su hermano, General de División Anastasio Somoza Debayle, consultándole si le "daban agua", es decir, lo ajusticiaban. La respuesta del Jefe Director de la Guardia Nacional de Nicaragua fue que ya no podían hacer nada, porque el "Argentino", nombre con el que designaban al residente de la CIA en Nicaragua estaba al tanto de la situación y había alertado a varios de los corresponsales de prensa en Nicaragua, siendo el primero que transmitió la noticia al extranjero, el periodista, Leonardo Lacayo Ocampo. Quedó detenido para ser juzgado por un Consejo de Guerra, pero los que se encontraban en las casas de seguridad señaladas por Borge Martínez, no tuvieron la misma suerte.

Esta es una prueba contundente de la cobardía y humanismo de Borge Martínez, según narra el autor de "Nicaragua en la Conspiración del Silencio", el que entrevistó en Miami al Teniente Obregón (Popeye). Pero en el mismo libro está la forma en que pereció en un enfrentamiento con una patrulla de la Guardia Nacional de Nicaragua en la zona norte del país, Carlos Fonseca Amador, el 6 de noviembre de 1976.

El entonces Capitán G.N., José Enrique Munguía Berríos, andaba patrullando esa zona con tres patrullas, una bajo su mando y las otras dos a cargo de oficiales subalternos, siendo uno de estos el Teniente G.N., Manuel Cisneros. Narra Munguía Berríos al autor de "Nicaragua en la Conspiración del Silencio", que a eso de las 2:00 P.M. del 5 de noviembre de 1976, se encontraba explorando una zona donde le habían informado unos campesinos que varios sandinistas operaban en la misma y que en ese momento, un jinete se les aproximó y les gritó diciéndoles que tenía información que les suministraría. Manifestó que había bajado al pueblo más cercano a hacer unas compritas y que unos individuos con ropa camuflada y armados como ellos, lo habían despojado de todo. Indicó el rumbo que habían seguido, recalcando que el jefe de los sandinistas era un hombre flaco, alto, barbudo y con anteojos "culo de botella".

Munguía Berríos desplegó un mapa de la zona y ubicó el lugar más indicado para establecer contacto, siendo la confluencia de los ríos Zinica y Piedra. Ordenó al Teniente Manuel Cisneros que con su patrulla se dirigiera a ese lugar y tomara posiciones en una iglesia abandonada, que él  llegaría horas más tarde. Que cuando buscaron al campesino, ya se había retirado, pero que uno de los guardias le dijo que era sospechoso que esa persona se hubiera casi cubierto toda la cara con un sombrero, pero que descartó se tratara de atraerlo a una emboscada.

Que como a las 8:00 P.M. recibió una llamada del Teniente Cisneros, diciéndole que habían intercambiado disparos con un grupo de individuos que estaban al otro lado del río y que uno de ellos, supuestamente herido gritaba: "Soy Carlos Fonseca Amador, no disparen, soy más útil vivo que muerto". Ordenó entonces que no cruzaran el río porque podía tratarse de una emboscada y esperara a que él llegara.

Cuando llegó eran las 6:00 A.M. del 6 de noviembre de 1976. Se desplegaron y cruzaron el río, encontrándose que todos estaban muertos, excepto el que decía llamarse Carlos Fonseca Amador, el que tenía una de las piernas bastante maltratada por una bala de Garand, por lo que procedió a pedir que enviaran un helicóptero para identificar por las huellas digitales y fotografías al herido. Pero que un miskito que manejaba el fusil ametrallador Browning, le dejó ir una ráfaga, diciéndole, eras Carlos Fonseca Amador. Mucho nos cuesta capturarte y luego tu padre que les maneja los negocios a los Somoza, consigue que te pongan siempre en libertad. El helicóptero se llevó el cadáver y nunca supo nada de él, pero garantiza que la tumba existente en ese lugar era la de un guardia que se le escapó un tiro de su fusil cuando lo limpiaba, muriendo en el acto.

Posteriormente batieron con las tres patrullas toda la zona por donde de desplazó el campesino que les suministró la información. Las declaraciones dadas por los campesinos residentes es que el jinete -según las fotografías- que habían publicado los periódicos en varias ocasiones, correspondía a la de Tomás Borge Martínez.

Munguía Berríos fue ascendido a Mayor G.N. y Manuel Cisneros, a Capitán G.N. Este último recibió también una beca para realizar estudios de medicina en una de las universidades de Los Angeles, California.

Munguía Berríos padece de asma y con frecuencia lo afectan crisis virulentas. A mediados de 1988, estando preso en la Cárcel "Modelo" de Tipitapa, según narra el autor de "Nicaragua en la Conspiración del Silencio", llegó Tomás Borge Martínez y se lo llevó con rumbo desconocido. Regresó al día siguiente y narró que fue llevado a una de las casas "piñateadas" que tenía el Ministro del Interior en el Reparto "Bello Horizonte", mandó a traer a un especialista de la Clínica "Tiscapa", le aplicó una ampolla de Aminofilina por vía intravenosa, lo mismo que otra de Cortisona y lo invitó a comer un churrasco que le mandó a comprar a un restaurante.

A continuación le dijo que ya tenía preparado el manuscrito de un libro sobre la vida y luchas de Carlos Fonseca Amador, pero que necesitaba descartar que había sido él, disfrazado de campesino, el que había denunciado a Munguía Berríos la presencia del mencionado individuo entre el grupo de sandinistas que asaltaron al campesino que se desplazaba en un caballo. Esto es necesario -le manifestó-, porque en ese entonces existían rivalidades entre los dirigentes de las tres facciones del FSLN, la Proletaria, la Guerra Popular Prolongada y la Tercerista y muchos creen que fui yo quien lo hizo para eliminar al que hubiera sido Presidente de la República a la hora del triunfo.

Entonces, Borge Martínez le entregó a Munguía Berríos una declaración que sería notarizada por un abogado y notario público. Quiero que la leas y luego la firmes, le expresó Borge Martínez. La necesito para insertarla en mi libro y de esa manera ponerle punto final a toda sospecha que fui yo quien "bombeó" (denunció) al Comandante en Jefe, Carlos Fonseca Amador.

Según narró Munguía Berríos, le replicó a Borge Martínez que ya su nombre figuraba en numerosas listas de prisioneros políticos y que los expedientes de todos ellos estaban en poder de la Comisión Jurídica de la Organización de Estados Americanos (OEA), la que estaba revisando las parodias de juicios que se realizaron en los Tribunales Especiales de Justicia, donde sin pruebas de ninguna índole fue condenado a 30 años de prisión, por lo que de conformidad con los compromisos concertados con los dirigentes de la Resistencia Nicaragüense, en poco tiempo recuperaría su libertad, ya fuera por una amnistía o un indulto. El entonces Ministro del Interior le manifestó que nunca saldría de la cárcel y que dormiría en su casa de habitación, para que lo pensara mejor con la almohada.

Al día siguiente, Munguía Berríos le manifestó nuevamente a Borge Martínez que nunca firmaría esa declaración prefabricada. Fue devuelto a la Cárcel "Modelo", pero no recuperó su libertad el 17 de marzo de 1989, cuando dejaron esa mazmorra sandinista varios miles de prisioneros políticos. Fue incluido en un grupo de 39 victimas del revanchismo sandinista, hasta mediados de febrero de 1990, cuando los pusieron en libertad, pocos días antes de las elecciones de febrero de ese año, con los miles de detenidos que fueron también condenados sin pruebas de ninguna índole en los Tribunales Populares Antisomocistas (TPA), acusados de contrarrevolucionarios.

¿Será un acto de arrepentimiento tardío de Tomás Borge Martínez, su deseo que sus restos mortales sean sepultados al lado del que denunció a las patrullas de la Guardia Nacional de Nicaragua, Carlos Fonseca Amador? ¿Será una forma de pedirle perdón al que pereció en un enfrentamiento por su chivatazo?




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