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Que Dios se apiade de nuestra Nación - TicoVisión | ||||
Publicado en 04/06/13 a 22:04:11 GMT-06:00 Por Administrador | ||||
Otro asunto sobre las relaciones bilaterales entre nuestro país y China, y que nos debe causar preocupación, es como entiende un régimen como el chino todo lo relacionado con los derechos de las personas... 04 de junio de 2013 | TicoVisión | Redacción - | Análisis | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento Por Johnny Schmidt C. San José, 4 de junio de 2013.- Dice el diario español “El País”, que Costa Rica es la “consentida de China”. Lo que el sentido común nos hace preguntarnos es ¿por qué, o para qué?, sobre todo cuando en China hay 80 millones de ciudadanos viviendo en pobreza, cifra que es casi dos veces la población de Argentina, o 20 veces la población de Uruguay o de Costa Rica. Pareciera totalmente ilógico que un país –cualquiera que sea-, salga a “regalar” recursos mientras una cifra tan elevada de personas en ese país viven en pobreza, cifra que el nuevo mandatario Xi Jinping pretende sacar de esa condición en los próximos dos años. Y si a ese dato le sumamos lo que pidió a nuestro gobierno en la recién visita a nuestro país sobre “flexibilizar” los trámites migratorios a ciudadanos chinos, entonces podríamos pensar que la forma de bajar su casi 9% de pobreza será exportando chinos pobres a países como Costa Rica. Y es que un par de millones de chinos en China no hacen gran diferencia, pero esos dos millones de chinos en un país como Costa Rica, casi nos convertiría en una provincia de ése país. Otro asunto sobre las relaciones bilaterales entre nuestro país y China, y que nos debe causar preocupación, es como entiende un régimen como el chino todo lo relacionado con los derechos de las personas, lo que conocemos como Derechos Humanos (DDHH). Liu Xiaobo es un intelectual y activista chino, luchador en pro de los DDHH y las reformas en ese sentido en la República Popular China. Es presidente del Centro Independiente Chino PEN desde el 2003, sin embargo fue detenido el 8 de diciembre del 2008 en respuesta a su participación en la firma de la Carta 08, siendo formalmente arrestado el 23 de junio de 2009 bajo sospecha de "incitar la subversión contra el poder del Estado". Fue procesado con los mismos cargos el 23 de diciembre de 2009, y condenado a 11 años de cárcel el 25 de diciembre de ese mismo año. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz el 8 de octubre de 2010, pero hoy día sigue en prisión. La Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA), reunida en Tailandia en su congreso anual, adoptó hace pocos días una resolución en la que pide la liberación de todos los periodistas detenidos en China "sin una acusación". La resolución también llamó "a las autoridades chinas a reconocer que una prensa libre ayuda a promover una sociedad más próspera, igualitaria y justa". El texto pide al gobierno que "cese sus persecuciones y hostigamientos a los ciberciudadanos y blogueros, que cada día son blanco de la represión". En China, los ciudadanos no tiene acceso ni a Facebook ni a Twiter. La WAN-IFRA representa a más de 18.000 publicaciones, 15.000 páginas informativas en la web y más de 3.000 empresas en 120 países. Más de 1.400 redactores jefes, responsables comerciales y directores de empresas de prensa participaron del congreso en Tailandia. Entre los más de 400 periodistas prisioneros se encuentra el poeta, escritor y periodista Shi Tao, detenido desde el 2004 y condenado a una pena de 10 años de cárcel. Fue detenido el 24 de noviembre de 2004 en su domicilio en la ciudad de Taiyuan. Su detención fue posible gracias a la información que Yahoo suministró a las autoridades chinas. La empresa facilitó su dirección IP. La policía entró en la casa sin autorización para proceder a su arresto y la incautación de su ordenador y documentos personales. Los agentes pidieron a su esposa que no comentara el incidente con los medios de comunicación o de lo contrario maltratarían a su marido. Según el último informe publicado por Unicef, en el planeta hay 215 millones de menores que son obligados a trabajar. La institución internacional, señala que el 60% son empleados en el sector agrario. Además, remarca que aquellos que se dedican a la recolección del algodón viven en situación de esclavitud. Muchos de ellos son forzados y explotados para producir a bajo costo objetos que alcanzan cifras astronómicas en los mercados de Europa y en EEUU. Niños que no saben lo que es jugar, divertirse o aprender en la escuela o el colegio, sino que se les ve recolectando algodón en Mali, recogiendo basura en El Cairo o tejiendo coloridos tapices en la India. La explotación infantil, considerada una lacra social, tiene mayor presencia en los países en vías de desarrollo. El trabajo forzoso impide a las víctimas recibir una educación y formación básica que les permita desarrollarse y mejorar su futuro. Uno de los continentes con peor infancia es Asia, donde se calcula que trabaja el 60% de la mano infantil del planeta. China, uno de los mayores productores del mundo, guarda una larga lista de denuncias relacionadas con los casos de explotación infantil. Detrás de la etiqueta “Made in China”, se esconden trágicas historias infantiles. En las tiendas de todo el mundo se venden juguetes, zapatillas, camisas o teléfonos móviles que son creados en las fábricas del país asiático. Así, mientras los jóvenes de EEUU y de Europa gastan gran parte de sus ahorros adquiriendo objetos de moda o de tecnología, los adolescentes de China los producen a cambio de unas cuantas monedas al mes. Su realidad les lleva a abandonar las escuelas y, en algunos casos, sus hogares. La mayoría de ellos proceden de las áreas más rurales y pobres del país. Buscan un sueldo con el que poder subsistir y ayudar a sus familias. Sus intenciones se convierten en pesadillas. Llegan a las fábricas que son subcontratadas por grandes multinacionales. Allí son acogidos como una mano de obra barata, vulnerable y productiva, por parte de empresarios sin escrúpulos. Según organizaciones como China Labour Watch (CLW), muchos de los productos que abastecen las tiendas de Occidente proceden de China. Aplicaciones móviles o camisetas, que visten estrellas del deporte, son creadas en talleres que parecen cárceles. En el interior de los edificios, con las ventanas enrejadas para evitar los suicidios, centenares de trabajadores realizan sus funciones en jornadas de hasta 16 horas y durante 6 días a la semana. Todo ello, a cambio de un sueldo que en muchas ocasiones no supera los 150 dólares al mes si se trata de adultos, pero que es de 75 dólares si se trata de menores. Entre los rostros adultos de las factorías, CLW ha detectado en diferentes ocasiones la “inocencia” de trabajadores menores. Recientemente la fundación publicaba que en una de las fábricas proveedoras de Samsung, una multinacional que obtuvo el pasado ejercicio unos beneficios de más de 16 mil millones de euros, se empleaba, presuntamente, a adolescentes de 14 años. Además, se asegura que los menores se veían obligados a vivir, en su tiempo libre, en habitaciones superpobladas dentro de las propias instalaciones, y estaban sujetos a un duro reglamento laboral. Las presiones de producción están detrás de numerosos casos de suicidios entre el personal joven. La gran empresa electrónica alegaba en su defensa que entre sus prioridades se halla “la seguridad y la salud de todos sus empleados”, incluso, los contratados indirectamente. Un punto de vista que no comparte Greenpeace. La organización ambiental, en uno de sus premios anuales, ha calificado a Samsung como la tercera peor empresa del planeta. Una valoración otorgada por los 50 fallecimientos y los 140 casos de cáncer, entre sus empleados, de los que se le responsabiliza. Según datos oficiales ofrecidos por la Organización Internacional del Trabajo, el 11’6% de los niños y niñas de China estarían obligados a trabajar. La situación de los menores en el imperio asiático siempre ha sido cuestionada. Más aún, si se tiene en cuenta que la inversión en el sistema educativo solo significa el 3% del Producto Interior Bruto de China, cuando Naciones Unidas recomienda el doble de esta cifra. La poca importancia en la educación, es una de las causas para China Labour Bulletin, para que la explotación infantil se agrave en el país. La organización además, añade que la pobreza y las lagunas legales, facilitan la triste situación. Es en las zonas rurales, donde hay mayor densidad de pobreza, donde el abandono escolar ronda el 40%. Debido a la situación económica de sus familias, muchos alumnos se ven forzados a cambiar las escuelas por las fábricas. E incluso, se dan casos donde los propios progenitores venden a sus hijos a cambio de unas cuantas monedas. Aunque nuestros políticos y gobernantes tratan de decirnos sólo los beneficios de esa relación con ese gigante asiático, la verdad es que estamos frente a muchos y grandes peligros a muy corto plazo, la inmigración masiva de chinos a nuestro país únicamente nos hará ser un país más pobre, con mayor desempleo, con más delincuencia y con una mayor crisis social de la que ya estamos viviendo. Un estadio, una refinería o una escuela de policía no pagarán jamás la destrucción que los políticos inescrupulosos le van a causar a nuestra patria, con esa sumisión que están teniendo con la potencia asiática. |
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